El robo de arte en España: una historia que aún persiste

El expolio nazi y su impacto en el patrimonio cultural de España

29 de Marzo de 2025
Actualizado el 31 de marzo
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Traslado de una obra de Goya de la basílica de San Francisco el Grande durante la Guerra Civil
Traslado de una obra de Goya de la basílica de San Francisco el Grande durante la Guerra Civil

El robo de obras de arte en España no solo se limita a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también tiene una dimensión interna relacionada con la Guerra Civil Española y la dictadura de Franco. Durante la contienda bélica (1936-1939), muchas colecciones privadas y públicas fueron saqueadas, pero el régimen franquista, al asumir el control del país, continuó con este expolio de manera sistemática. 

Soldado estadounidense inspecciona botín alemán almacenado en una iglesia en Elligen, Alemania, 24 4 1945 Foto © US National Archives
Soldado estadounidense inspecciona botín alemán almacenado en una iglesia en Elligen, Alemania, 24 4 1945 Foto © US National Archives

A lo largo del conflicto, importantes obras de arte, especialmente de artistas republicanos, fueron confiscadas, destruidas o enviadas a escondidas a otros países. Muchas de estas obras de arte han desaparecido para siempre o han quedado ocultas en colecciones privadas de dudoso origen. A medida que el franquismo consolidaba su poder, no solo se apoderó de patrimonio de la República, sino que también adquirió obras de arte confiscadas de otros contextos históricos, incluidos robos perpetrados durante la ocupación nazi de Europa. 

Alcalá de Henares,
Alcalá de Henares

El saqueo nazi: un contexto global de expolio 

España, aunque oficialmente neutral durante la Segunda Guerra Mundial, no estuvo exenta de los efectos del saqueo de obras de arte perpetrado por los nazis en los territorios ocupados por el Tercer Reich. Muchas de las piezas de arte robadas por los nazis durante su ocupación de Francia, Bélgica, los Países Bajos y otros países europeos terminaron en manos de coleccionistas e instituciones de toda Europa, incluida España. Algunos de estos artefactos fueron adquiridos por coleccionistas adinerados, mientras que otros se encontraron en instituciones gubernamentales que se beneficiaron de estas adquisiciones ilícitas.

Depósito de pinturas en la basílica de San Francisco el Grande (Madrid) para su protección durante la Guerra Civil, en octubre de 1937 Archivo Junta del Tesoro Artístico, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte
Depósito de pinturas en la basílica de San Francisco el Grande (Madrid) para su protección durante la Guerra Civil, en octubre de 1937 Archivo Junta del Tesoro Artístico, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte

El Museo Thyssen-Bornemisza, una de las colecciones de arte más prestigiosas de España, también ha sido implicado en casos relacionados con el expolio nazi. Si bien la Fundación Thyssen siempre ha defendido que las obras adquiridas por el barón Hans Heinrich von Thyssen en las décadas de 1970 y 1980 fueron adquiridas de buena fe, muchos críticos señalan que algunas de estas piezas podrían haber tenido orígenes mucho más oscuros, directamente vinculados al robo o la apropiación de arte durante el régimen nazi. 

La falta de una política coherente para la restitución del arte expoliado 

El caso de las obras expoliadas por los nazis y que actualmente permanecen en colecciones españolas ha puesto de manifiesto la falta de una política efectiva de restitución en España. Aunque el país firmó los "Principios de Washington" en 1998, un acuerdo internacional que promueve la restitución del arte expoliado por los nazis, España ha sido uno de los países más reticentes en la aplicación práctica de estos principios. 

“Fue el robo cultural más grande de la historia. Lo que los nazis intentaron hacer fue eliminar todos los elementos de la cultura judía: objetos rituales, libros y obras de arte. Estos objetos robados representaban no solo tesoros valiosos o pertenencias personales, sino también conexiones con un pasado que los nazis querían borrar.

Embajador Stuart Eizenstat en conversación con Christie’s.

La falta de transparencia en la adquisición de algunas de estas obras y la escasa disposición del gobierno español para investigar el origen de muchas de ellas ha sido una de las principales críticas. A pesar de ello, algunos avances han sido logrados, como la restitución de obras de arte a los herederos de los legítimos propietarios. No obstante, el camino hacia la reparación total de estas injusticias sigue siendo largo y lleno de obstáculos legales y políticos. 

Soldados estadounidenses examinan en 1945 'El Jardín de Invierno', de Édouard Manet, que había sido robado y escondido por los Nazis.
Soldados estadounidenses examinan en 1945 'El Jardín de Invierno', de Édouard Manet, que había sido robado y escondido por los Nazis.

La Abogacía General del Estado emitió en junio de 2022 un informe en el que recomendaba al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo la devolución a los herederos del empresario naviero Ramón de la Sota y Aburto (1887-1978) de dos cuadros que decoraban, desde fecha desconocida, las paredes del Parador de Almagro. Se trata del Retrato de caballero, de Frans Pourbus el Joven, y del Retrato de la reina María Cristina de Borbón, de Vicente López, ambos pertenecientes a una colección privada que llegó a reunir unas 300 obras de arte antes de la caída del País Vasco en manos del ejército franquista.

'Retrato de caballero', de Frans Pourbus el Joven, y 'Retrato de la reina María Cristina de Borbón', de Vicente López, dos obras incautadas por el franquismo Museo Bellas Artes Bilbao
'Retrato de caballero', de Frans Pourbus el Joven, y 'Retrato de la reina María Cristina de Borbón', de Vicente López, dos obras incautadas por el franquismo Museo Bellas Artes Bilbao

En 2024, los nietos de Pedro Rico, quien fue alcalde republicano de Madrid en los años treinta, recuperaron cinco óleos que les fueron incautados el 9 de junio de 1938 durante la Guerra Civil, tras un registro en la vivienda de su abuelo. Las obras, nunca devueltas por el régimen franquista, habían permanecido durante más de 80 años en la Casa Colón, el principal museo del archipiélago canario. La restitución se hizo efectiva tras la firma de una resolución por parte de la consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina Pérez.

El caso de las obras de arte de la Guerra Civil y el franquismo 

A diferencia del expolio nazi, que tiene un marco legal internacional claro y reconocido, la devolución de obras de arte saqueadas durante la Guerra Civil y el franquismo ha sido más difícil de abordar. La falta de un registro oficial completo y el hecho de que muchas obras fueron incorporadas a colecciones públicas, como las del Museo Nacional de Arte de Cataluña o el Museo del Prado, ha complicado el proceso de restitución. 

Vista de una sala del Museo del Prado en 1939 con los lienzos que regresaron a España procedentes de Ginebra.
Vista de una sala del Museo del Prado en 1939 con los lienzos que regresaron a España procedentes de Ginebra.

A pesar de la denuncia de varios colectivos de derechos humanos y organizaciones que defienden la restitución del patrimonio cultural, España no ha logrado establecer un sistema efectivo para la recuperación de las obras de arte saqueadas durante la dictadura franquista. El gobierno español ha argumentado que estas obras de arte tienen un valor incalculable para la identidad cultural del país, lo que ha desatado un debate sobre si su restitución sería beneficiosa para la memoria histórica y la justicia social. 

Los Acuerdos de Washington:

  1. Se debe identificar el arte que fue confiscado por los nazis y no lo hayan restituido posteriormente.
  2. Los registros y archivos relevantes deben estar abiertos y ser accesibles para los investigadores de acuerdo con Consejo Internacional de Archivos.
  3. Deben disponerse los recursos y el personal para facilitar la identificación de todo el arte que los nazis hayan confiscado y no lo hayan restituido posteriormente.
  4. Al establecer que una obra de arte fue confiscada por los nazis y no se restituyó posteriormente, se deben tener en cuenta posibles lagunas o ambigüedades en su procedencia a la luz del paso del tiempo y las circunstancias de la era del Holocausto.
  5. Se deben llevar a cabo todos los esfuerzos posibles para publicitar el arte que se descubrió que fue confiscado por los nazis y no restituido con posterioridad para identificar a sus propietarios anteriores a la guerra o sus herederos.
  6. Se deben hacer esfuerzos para establecer un registro central de dicha información.
  7. Los propietarios de antes de la guerra y sus herederos deberían ser alentados a presentarse y reclamar las obras de arte que fueron confiscadas por los nazis y que no se les restituyeron posteriormente.
  8. Si se puede identificar a dichos propietarios o a sus herederos, se deben tomar medidas rápidamente para lograr una solución justa, reconociendo que esto puede variar según las circunstancias que rodean cada caso específico.
  9. Si no se puede identificar a dichos propietarios o sus herederos se deben tomar medidas rápidamente para lograr una solución justa y equitativa.
  10. Las comisiones u otros organismos establecidos para identificar el arte confiscado por los nazis y para ayudar a abordar los problemas de propiedad deben tener una composición de miembros equilibrada.
  11. Se alienta a las naciones a desarrollar procesos nacionales para implementar estos principios, particularmente en lo que se refiere a mecanismos alternativos de resolución de disputas para resolver problemas de propiedad.

Desde su aprobación, los once Principios de Washington han sido desarrollados por la Declaración del Foro de Vilna de 2000 y la Declaración de Terezín de 2009. Pero no siempre y desde luego por parte de los firmantes.

Conviene recordar que los Acuerdos de Washington NO SON VINCULANTES; de hecho, España asistió a la Conferencia de 1998 y no ha dado ningún paso para implementarlos en nuestro ordenamiento jurídico. ¿Estamos hablando de papel mojado o quedar bien ante la galeria?.

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