El saqueo silencioso de los cuadros de El Greco: la pérdida irrecuperable del patrimonio español

Cómo las obras del maestro cretense se convirtieron en un botín para coleccionistas internacionales

23 de Febrero de 2025
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El saqueo silencioso de los cuadros de El Greco: la pérdida irrecuperable del patrimonio español
Vista de Toledo, Metropolitan Museum of Art, Nueva York Procedente de la colección H. O. Havemeyer. - San Jerónimo, Frick Collection, Nueva York Vendido por la catedral de Valladolid en 1904.

El inicio del siglo XX marcó un resurgir del interés por la obra de El Greco, un pintor cuya genialidad había permanecido injustamente olvidada. Sin embargo, este renovado interés no solo trajo consigo el reconocimiento internacional del cretense como uno de los grandes maestros de la pintura, sino también un capítulo oscuro para el patrimonio cultural español: el saqueo de sus obras más valiosas. La venta y exportación de cuadros de El Greco, en gran medida motivadas por la codicia de marchantes, coleccionistas y una legislación permisiva, resultó en una pérdida irreparable para la historia del arte español.

La Asunción, 1577-79. Óleo sobre lienzo Chicago, The Art Institute of Chicago. Gift of Nancy Atwood Sprague in memory of Albert Arnold Sprague, inv. 1906.99,
La Asunción, 1577-79. Óleo sobre lienzo Chicago, The Art Institute of Chicago. Gift of Nancy Atwood Sprague in memory of Albert Arnold Sprague, inv. 1906.99, Catálogo de la exposición del Museo del Prado sobre El Greco

A principios del siglo XX, la obra de El Greco comenzó a recibir la atención que merecía gracias a la gran exposición dedicada al maestro en el Museo del Prado en 1902 y al estudio exhaustivo de M. B. Cossío, publicado en 1908. Estos eventos trajeron consigo un renovado interés tanto en España como fuera de sus fronteras por el pintor cretense. Las publicaciones sobre su obra y la catalogación fotográfica de sus cuadros hicieron que el mercado internacional se volviera ansioso por adquirir sus piezas. Este interés, si bien reconocía la valía del pintor, también abrió las puertas a un expolio que vació muchas de las colecciones más importantes de España.
 

Desde la derecha, William Randolph Hearst (primero) y Arthur Byne, justo al lado, también con sombrero, en una visita a Toledo Archivo Hearst Castle
Desde la derecha, William Randolph Hearst (primero) y Arthur Byne, justo al lado, también con sombrero, en una visita a Toledo Archivo Hearst Castle

Uno de los mayores responsables de este expolio fue el marchante y gestor cultural marqués de Vega-Inclán, quien jugó un papel clave en la promoción de El Greco en Toledo. La Casa-Museo del Greco, que el marqués ayudó a crear, sirvió como un escaparate para las obras del pintor. Sin embargo, no solo fue un centro para la admiración de su arte, sino también un punto de encuentro para coleccionistas internacionales, especialmente norteamericanos, que vieron en las piezas de El Greco una oportunidad de inversión a precios aún relativamente asequibles. Figuras como el matrimonio Havemeyer, los mayores coleccionistas de la obra de El Greco en Estados Unidos en esa época, fueron algunos de los grandes compradores que llegaron a Toledo a principios del siglo XX. La fiebre por El Greco era tal que pronto comenzaron a circular falsificaciones y malas reproducciones para satisfacer la creciente demanda, lo que provocó que el mercado fuera inundado con copias de menor calidad y la desaparición de los originales.

Retrato del Marqués de la Vega Inclán, Joaquín Sorolla
Retrato del Marqués de la Vega Inclán, Joaquín Sorolla

Entre 1900 y 1908, al menos diecisiete importantes cuadros de El Greco fueron exportados desde España, muchos de ellos adquiridos por coleccionistas que no dudaron en llevarse obras como La Vista de Toledo o El Retrato del Cardenal Fernando Niño de Guevara, que ahora se encuentran en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Estas piezas, junto a otras como El Retrato de San Jerónimo y El Caballero de la Casa de Leiva, abandonaron el país tras ser vendidas por instituciones eclesiásticas y coleccionistas privados, a menudo por precios irrisorios. La venta de estos cuadros representó una auténtica sangría para el patrimonio español, que vio cómo se vaciaban sus templos, iglesias y palacetes de una parte de su historia más valiosa.

La exportación de obras de El Greco también estuvo respaldada por una legislación inadecuada para proteger los bienes culturales del país. Durante este periodo, las autoridades españolas otorgaban permisos para la exportación de piezas que, a pesar de ser de un valor incalculable, se consideraban, en muchos casos, como bienes comunes que podían ser vendidos sin mayores restricciones. En este contexto, la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, que debía regular la salida de obras de arte, autorizó la venta de muchos cuadros del pintor cretense, a pesar de su valor incalculable para la cultura nacional. Esta falta de protección legal permitió que las obras de El Greco se esparcieran por museos de todo el mundo, perdiéndose en el proceso una parte fundamental del patrimonio artístico español.

'La purificación del templo', de El Greco, autor descubierto en Estados Unidos a finales del siglo XIX
'La purificación del templo', de El Greco, autor descubierto en Estados Unidos a finales del siglo XIX

Los daños provocados por la venta de estas obras no fueron solo materiales, sino también simbólicos. El saqueo de las pinturas de El Greco dejó una herida en la identidad cultural de España. La obra del pintor, un testimonio invaluable de la mística y espiritualidad que definió a la cultura española, pasó a ser parte de colecciones privadas e instituciones extranjeras, a menudo lejos del alcance de los ciudadanos españoles y de su capacidad para redescubrir y aprender de su propio patrimonio. De hecho, uno de los principales beneficiarios de esta ola de ventas fue el mercado estadounidense, que adquirió una gran cantidad de obras de El Greco durante esos años. Además, la falta de una política eficaz para adquirir estas obras a través de subastas o de un derecho preferencial para el Estado español agravó aún más esta pérdida.

Retrato del duque de Osuna, de Goya, y 'San Gerónimo', de El Greco, ambas de The Frick Collection
Retrato del duque de Osuna, de Goya, y 'San Gerónimo', de El Greco, ambas de The Frick Collection

El saqueo de las obras de El Greco no solo se limitó a los primeros años del siglo XX, sino que también se dio en décadas posteriores, cuando otras piezas del pintor fueron exportadas, a veces sin que las autoridades pudieran hacer nada para evitarlo. A lo largo de la historia, el arte español ha estado sujeto a la depredación, ya sea por las condiciones de mercado o por las malas decisiones políticas que han permitido que piezas de gran valor cultural salieran del país a cambio de sumas menores que su verdadero valor.

Hoy, el legado de El Greco sigue siendo un tesoro para el mundo, pero la pérdida de muchas de sus obras originales sigue siendo un doloroso recordatorio de la fragilidad de nuestro patrimonio. La exportación de sus cuadros a lo largo del siglo XX ha sido uno de los episodios más tristes de la historia del arte español, un recordatorio de que sin una legislación adecuada y una política cultural fuerte, el patrimonio de una nación está siempre en peligro de perderse para siempre.

La Asunción, 1577-79. Óleo sobre lienzo Chicago, The Art Institute of Chicago. Gift of Nancy Atwood Sprague in memory of Albert Arnold Sprague, inv. 1906.99, actualmente en la exposción del Museo del Prado
La Asunción, 1577-79. Óleo sobre lienzo Chicago, The Art Institute of Chicago. Gift of Nancy Atwood Sprague in memory of Albert Arnold Sprague, inv. 1906.99, actualmente en la exposción del Museo del Prado

 

 

 

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