En respuesta a la evaluación de la FIFA respecto a la candidatura de Arabia Saudí a la Copa Mundial masculina de 2034, Steve Cockburn, director de Derechos Laborales y Deporte de Amnistía Internacional, ha manifestado que “como era de esperar, la evaluación es un impresionante blanqueo del atroz historial del país en cuanto a derechos humanos. No hay compromisos significativos para impedir que se explote a quienes trabajan, se desaloje a la población residente o se detenga a activistas”.
Según Cockburn, “al ignorar los claros indicios de riesgos graves para los derechos humanos, es probable que deba asumir gran parte de la responsabilidad de las violaciones y abusos que tendrán lugar durante la próxima década. Es preciso acometer urgentemente reformas fundamentales en materia de derechos humanos en Arabia Saudí. De lo contrario, la Copa Mundial de 2034 se verá inevitablemente empañada por la explotación, la discriminación y la represión”.
Respecto a la publicación de la FIFA del postergado informe independiente sobre la reparación debida a la población trabajadora migrante que sufrió abusos en relación con la Copa Mundial de 2022 en Qatar, ha dicho que"no es ningún misterio el motivo por el que la FIFA ha mantenido oculto largo tiempo este informe independiente, que concluye claramente que la organización tiene la responsabilidad de garantizar la reparación —incluida la indemnización— a cientos de miles de personas que sufrieron abusos en relación con la Copa Mundial de 2022. El informe valida lo que reclamaban las organizaciones de derechos humanos, los sindicatos, las aficiones y ahora incluso el propio subcomité de derechos humanos de la FIFA: es hora de que la FIFA rinda cuentas”.
Steve Cockburn ha afirmado que “es increíble que, en la misma semana en que la FIFA ha publicado este informe al fin, no sólo haya abierto el Fondo del Legado sin ninguna reparación para la población trabajadora, sino que también haya aprobado la candidatura de Arabia Saudí para la Copa Mundial sin tener en cuenta su probable coste humano. A menos que la FIFA tome por fin medidas para indemnizar a la población trabajadora y Arabia Saudí lleve a cabo reformas genuinas en materia de derechos humanos, la historia se repetirá y el coste recaerá de nuevo sobre quienes trabajan”.
Antecedentes de un blanqueo
La FIFA otorgó a Arabia Saudí una calificación de riesgo “medio” en materia de derechos humanos al evaluar su candidatura para la Copa Mundial de 2034, pese a las pruebas aportadas por Amnistía Internacional y Sports & Rights Alliance en informes recientes de que no se abordaban los probables graves riesgos para los derechos humanos en las estrategias de la candidatura, que no cumplía los propios requisitos de la FIFA en materia de derechos humanos. Amnistía y otras diez organizaciones también señalaron en octubre que la evaluación independiente de derechos humanos elaborada por AS&H Clifford Chance presentaba deficiencias graves y omitía cuestiones clave de derechos humanos.
Muchas organizaciones, entre ellas Amnistía Internacional, hicieron campaña para que la FIFA indemnizara a la población trabajadora y a sus familias que sufrieron explotación durante los preparativos de la Copa Mundial de 2022 en Qatar. En marzo de 2023, la FIFA aceptó encargar un informe independiente para determinar si tenía la responsabilidad de hacerlo. Aunque se elaboró en diciembre de 2023, el informe no vio la luz hasta la medianoche del 29 de noviembre de 2024. En el informe se concluye que la FIFA —junto con otros actores— sí tiene la responsabilidad de garantizar la reparación a la población trabajadora, postura que cuenta con el respaldo del propio subcomité de derechos humanos de la FIFA. Sin embargo, el pasado 27 de noviembre, la FIFA puso en marcha su Fondo del Legado de la Copa Mundial 2022 sin incluir ninguna indemnización para la población trabajadora.