Duro golpe para Aston Martin en Spa. Fernando Alonso y Lance Stroll saliendo penúltimo y último, respectivamente, en la carrera de mañana.
Parecía que la magia de Adrian Newey había enderezado el camino, y de hecho Maravilla Alonso llevaba cuatro carreras consecutivas puntuando.
Pero aún no está dicha la última palabra, porque la lluvia tiene su propio lenguaje, y como reza el dicho latino: "audaces fortuna iuvat". La fortuna favorece a los audaces. Y Fernando Alonso jamás ha dejado de serlo.
Ayer el mítico piloto y actual decano de la parrilla, ya tuvo que conformarse en la carrera Sprint con un decimocuarto lugar que, por supuesto, no le proporcionó ningún punto.
Toca seguir pensando en el año que viene, soñando con el año que viene, y en confiar en que las circunstancias permitan al audaz guerrero asturiano optar al milagro y arañar algún punto.
Y también tener paciencia, Newey es Newey, y ni siquiera él acierta siempre, precisamente porque prueba todo tipo de direcciones para buscar sus propios milagros.
Si Fernando Alonso consigue finalmente puntuar mañana domingo en Spa, habrá que creer en los dioses, habrá que creer en los milagros, y habrá que celebrarlo. Largamente celebrarlo.
Tigre Tigre