Me ha encantado el Gran Premio de China 2025. A mí y a todo el mundo. Hasta a Fernando Alonso y a Carlos Sainz les ha gustado a pesar de que el primero tuvo que abandonar y el segundo ha necesitado de un milagro, uno de esos "milagros" que se hacen en los despachos, para arañar un punto.
Hemos tenido de todo, ha pasado de todo, en el Gran Premio de China.
Charles Leclerc con el alerón roto y teniendo que conducir como un equilibrista de circo -el gran circo de la Fórmula 1- apoyándose en los pianos para no perder la dirección. Y después de esa maravilla: descalificado porque su coche pesaba un kilo menos de los 800 reglamentarios.
Me repugnan los reglamentos: matan el alma y la esencia de la competición, pero admito que esa especie de lotería tipo JUEGO DEL CALAMAR hace más imprevisible y entretenido el resultado final.
¿Y qué me dicen de Verstappen, el mata compañeros de equipo? Ha triturado a Lawson en dos carreras, y si le ponen a Tsunoda al lado no creo que le dure mucho más.
Y tampoco ha estado nada mal Lando Norris, acabando la carrera sin frenos, rezando a la Virgen e intentando que sus propios huevos no le estrangulasen por completo a causa del miedo.
¿Y Cara de Piedra Priastri? Como si fuese Buster Keaton jugando a maquinista de la general mientras caía delante de sus narices la bandera a cuadros.
Los dos Ferraris descalificados.
Doblete de McLaren. George Russell contentísimo de no tener encima al heptacampeón del mundo y demostrando que su intención es clara: va a luchar por ganar este mundial como sea.
Es una de esas pocas carreras de Fórmula 1 que se pueden ver dos veces, tres veces, y no sé si más porque no me ha dado tiempo, y siempre se encuentran detalles nuevos y fascinantes.
Liberty Media, la propietaria de la Fórmula 1, ha hecho los deberes espléndidamente. Todos igualadísimos, clara disposición a sacar conejos de las chisteras cuando haga falta para que no haya diferencias excesivas, y clara voluntad de darle un capón a quien menos se lo espere, en mor del espectáculo.
La temporada 2025 parece que va a ser un regalo. Esperemos que no decaigan las expectativas. Ojalá lleguemos a la última carrera, la veinticuatro, con varios pilotos luchando hasta la última curva convertirse en campeones del mundo.
Y añado: me encanta ver cómo NO GANAN Verstappen y Hamilton. Ya han ganado demasiado y me causa gran placer ver cómo son derrotados.
Viva China y su gran premio.
Tigre Tigre