Salía Tommy Paul de la pista central de Wimbledon casi noqueado, como si le hubieran dado una paliza; y nada más cierto: acababan de pegarle una paliza.
En la primera manga, tras empezar dominando con soltura, Alcaraz "se fue" y Tommy Paul supo aprovechar el momento para ponerse 1-0.
Pero Alcaraz volvió. Y volvió como el león que es. Dispuesto a comérselo todo; pero a la vez tranquilo. Un león no tiene prisa.
En el último set parecía que Alcaraz acabase de bajar a la pista. Paul, al contrario, ofrecís un aspecto lamentable, estaba baldado.
A Djokovic las circunstancias, la peculiar forma de sortear los partidos de Wimbledon, se lo han puesto muy fácil y raro sería que no llegase a la final de 2024. No parecen rivales preocupantes para él ninguno de los otros tres semifinalistas, por su rama. de este Wimbledon
Novak se comió a Rune con tanta facilidad como Alcaraz se comió a Paul.
El mundo está deseando volver a verlos enfrentarse en una final, y concretamente en una final de Grand slam, y aún más concretamente: en la final de Wimbledon.
Con un poco de suerte todos seremos complacidos y tendremos la suerte de ver uno de los grandes partidos del siglo. El mejor jugador de la historia según las estadísticas contra el maravilloso e inspirador don Carlitos.
Aunque para eso aún le queda una semifinal con tintes de final, porque ha sido impresionante como Medvedev ha ganado al número 1 del mundo. Sin duda nos espera, como mínimo, un partido apocalíptico.
Tigre Tigre