Se hacían lenguas los comentaristas y expertos del mundo entero respecto a Jack Draper y sus posibilidades de hacerse con el US Open; y lo comparaban con Carlos Alcaraz porque había conseguido llegar a semifinales, y además lo había hecho sin perder un solo set.
"Al modo de Alcaraz" decían muchos.
¿Al modo de Alcaraz?
Para empezar no parece tan bueno que no hubiese perdido ni un solo set. Le faltaba hábito de lucha a la hora de encarar la semifinal. Y en cuanto a la edad el británico es dos años más viejo que Carlos Alcaraz cuando ganó el Open USA y se puso de número 1 del mundo.
Parecía posible al principio, sí, que Jack ganase a Sinner y acabase llegando a la final. En el primer set el tenista británico de 22 años parecía muy seguro de sí mismo y dispuesto a plantarle cara al actual número 1 sin complejos y rebosante de confianza en sí mismo. Pero Sinner le rompió el servicio dos veces y acabó imponiéndose.
En el segundo set Draper se dejó el alma, pero al final, se rompió, y desde nuestro punto de vista demostró que no tiene madera de número 1 ni de ganador de Grand Slam. Se rompió mentalmente y se rompió físicamente: estaba agotado por dentro y por fuera.
Una caída de Sinner al final del segundo set, en la que se hizo daño en la muñeca, parecía abrir la posibilidad de que a pesar de todo el británico acabara imponiéndose en el Tie Break. No fue así.
Y el tercer set se zanjó con un paseo triunfal para el actual número 1 del mundo.
Una vez más hemos echado muchísimo de menos a Carlos Alcaraz y a Novak Djokovic. Uno de los dos tendría que haberse enfrentado a Sinner, que quizás habría sido capaz de vencer a uno otro, en la semifinal o en la final. Pero lo dudamos.
Jack Draper no es Carlos Alcaraz y a nosotros nos espera una final entre un americano y un Jannik Sinner que si nadie lo remedía se escapará en la clasificación ATP de este año de modo escandaloso.
Por el momento el US Open menos interesante que hemos visto desde que inauguramos en Diario 16+ esta sección sobre tenis: Match Point.
A ver si en la final tuviéramos la suerte de ver un partido a cinco sets y que se resuelva en el último minuto. Jugar cinco sets, eso es lo que da grandeza a Los Cuatro Grandes que se celebran cada año.
Tigre Tigre