Con un mercado del arte relativamente limitado y con tantas piezas siendo puestas a la venta en subastas, no resulta sorprendente que nuestro país actúe como un exportador de patrimonio y sea considerado el desván de Europa en lo que respecta a las oportunidades de todo tipo. El interés por las piezas antiguas es mínimo entre la ciudadanía, que parece estar más interesada en vaciar un piso rápidamente sin detenerse a analizar el valor potencial o histórico de lo que se encuentra dentro. La tendencia predominante se inclina hacia los muebles de grandes cadenas, como IKEA, en lugar de piezas de arte más significativas. No obstante, es notorio cómo la masificación de los museos se ha convertido en una noticia recurrente: cuanto mayor es el número de visitantes que acude a ver una obra, mejor se considera.
El Museo del Prado supera el récord histórico de visitas
El Museo Nacional del Prado, está masificado. Según los últimos datos ha recibido 3.337.550 visitas en 2023, 3.241.263 de ellas en su sede principal de Madrid, el museo más concurrido de España. La cifra es la más alta en la historia del museo y supone un aumento del 33,51% respecto a 2022.
El mercado del arte en España
Desde el periodismo, se observa una preferencia por fomentar el turismo en masa, que a menudo resulta en una experiencia poco gratificante frente a las obras de arte en museos abarrotados, entre empujones y fotografías constantes, la mayoría de las cuales resultan ser innecesarias.
Hay una falta palpable de cultura artística y un compromiso insuficiente por parte de las instituciones y la sociedad para salvar y valorar nuestro patrimonio, que es, al fin y al cabo, el legado de todos. Esta situación revela una desconexión preocupante entre la población y su herencia cultural, así como una subvaloración de los bienes artísticos que podrían enriquecer significativamente nuestro entorno y nuestra comprensión de la historia.
El desafío radica en cultivar una mayor apreciación por el arte y las antigüedades, algo que no solo podría frenar la exportación indiscriminada de nuestro patrimonio, sino también fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de preservar y disfrutar nuestro legado cultural de manera más reflexiva y respetuosa. Esto requiere una estrategia educativa que incluya a las escuelas, los medios de comunicación y las políticas culturales, orientadas a cambiar la percepción actual del arte y la cultura.
Más políticas que promuevan la cultura
Es imperativo que se implementen políticas que promuevan la conservación y la apreciación del arte y el patrimonio cultural en todos los niveles de la sociedad. Se necesitan más inversiones en museos y en la protección del arte, no solo para evitar su degradación o pérdida sino para hacer del arte un pilar fundamental de nuestra identidad y desarrollo cultural. Solo así podremos comenzar a ver los museos no como lugares de visita masiva y superficial, sino como espacios de aprendizaje y disfrute profundo donde el arte se vive y se respira en su máxima expresión.
Además, debería incentivarse la creación de una red de centros culturales que fomente la participación activa de la comunidad en actividades artísticas y culturales. Estos centros servirían como puntos de encuentro para la educación y la creatividad, ofreciendo talleres, exposiciones y conferencias que acerquen el arte a la gente común. La integración de tecnologías digitales podría democratizar aún más el acceso al arte, permitiendo a los ciudadanos explorar colecciones virtuales y aprender sobre arte y cultura desde cualquier parte del mundo.
Más cultura y menos turismo masificado
En última instancia, la revitalización del interés y el respeto por nuestro patrimonio artístico depende de la colaboración entre gobiernos, instituciones educativas, artistas, medios de comunicación y, del público general. Fomentar una cultura de aprecio y respeto por el arte es esencial no solo para preservar nuestro pasado, sino también para enriquecer nuestro futuro colectivo. Con una mayor valoración y entendimiento del arte, España podría transformar su mercado del arte de un desván olvidado en un tesoro cultural celebrado tanto a nivel nacional como internacional.
Situación del mercado del arte en España
Según cifras de expertos económicos, el mercado global del Arte mueve anualmente alrededor de 43.000 millones de euros. A comienzos del siglo XXI el mercado internacional experimentó un aumento de su actividad, especialmente entre 2003 y 2007, estableciendo en este último año su cenit en cuanto a de cifras de ventas. La llegada de la crisis económica mundial supuso para el mercado una retracción de ventas y precios que representó una caída de precios del 48% en 2009.
Sin embargo, la crisis también supuso un revulsivo para las obras antiguas de gran calidad que aumentaron su demanda ante el menor riesgo que suponía su adquisición por tratarse de obras de artistas plenamente consolidados.
Una vez superados los primeros años de crisis, el volumen de ventas anuales experimentó una discreta recuperación a nivel mundial, estimando en 2013 una subida del 13% y un aumento del índice de precios del 80% respecto a 2003.
A pesar de la mala coyuntura económica, en España se produjo un 68% de incremento en las ventas de arte desde 2003 hasta 2013, presentando en ese último año un volumen de ventas total que ascendió a 336 millones de euros. Unas cifras interesantes que, sin embargo, se rebelan escasas al compararlas con el crecimiento de ventas de arte y antigüedades en el mercado internacional que superaron el 155%.
Crisis económica
En los primeros años de crisis económica, aún se contabilizaron en España más de 70 ferias dedicados de forma parcial o total al arte, antigüedades, diseño o bienes de colección, aproximadamente un 40% de ellas se centraba casi exclusivamente al arte y las antigüedades. Sin embargo, sólo algunas superaron el periodo de recesión económica, reduciendo así las posibilidades de certámenes en los que exponer y adquirir obras de arte. Fomentando que el mercado del arte se situara en uno de sus momentos más competitivos, razón por la cual buscan salidas para diferenciarse generando nuevos canales de distribución las empresas que les permitan además realizar estrategias de crecimiento.
Nos extinguimos identitariamente hablando. La cultura ha sido desplazada por el entretenimiento. Manipular a las masas requiere eliminar la cultura y la capacidad crítica de la gente. El español medio es muy inculto. Pero tampoco es de extrañar si se les educa en la creencia de supersticiones y seres sobrenaturales; el hechicero y el Jefe de la tribu siguen siendo cuñados, eso no cambia.
Como ocurrió en las 3 guerras carlistas (guerras civiles) y en la del 36; el papel de la masa ignorante es esencial para dar apoyo a una élite socioeconómica que vendería a su abuela por la carne.