Activistas de Greenpeace Internacional han llevado su protesta al Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza. Dos activistas entraron al salón principal del congreso y desplegaron una pancarta con el mensaje “¡Impuestos a los superricos! Financiar un futuro justo y verde”, mientras reproducían un mensaje de audio desde un altavoz: “Este es un anuncio de interés público. Es hora de gravar a los súper ricos para financiar un futuro justo y verde”. Los activistas de Greenpeace Internacional llegados de toda Europa también han bloqueado la llegada de participantes al helipuerto Davos Lago.
Clara Thompson, portavoz de Greenpeace en Davos, ha dicho que “mientras el mundo enfrenta amenazas crecientes a la democracia por la colusión entre riqueza y poder, la urgencia de gravar a los superricos es cada vez mayor. Tener a multimillonarios en posiciones de liderazgo, gobernando con impunidad, es un recordatorio de la peligrosa intersección entre la riqueza extrema y la política, y su impacto en la democracia, las personas y el planeta”.
Dicen desde la organización que "debido a reglas fiscales globales injustas, los más ricos pagan muy pocos impuestos, lo cual es completamente desproporcionado en relación con su inmensa riqueza, impacto climático y huella ambiental". Greenpeace y sus aliados están pidiendo reformas a nivel nacional e internacional, incluyendo el proceso de la Convención Fiscal de la ONU -la denominada COP de la justicia fiscal-, que permitiría redistribuir el poder y la riqueza para liberar recursos necesarios para la acción social, ambiental y climática.
Thompson ha añadido que “es más que evidente que los superricos deben pagar su parte justa, especialmente cuando están entre los mayores responsables de la crisis climática. No deberían ser las personas que ya luchan por llegar a fin de mes quienes tengan que asumir la carga y sufrir las consecuencias de los impactos climáticos cada vez más virulentos. La narrativa de la escasez simplemente no es cierta: hay suficiente dinero para financiar un futuro justo y verde para todos, pero está en los bolsillos equivocados”.
Una publicación de Greenpeace muestra que un impuesto mínimo global a multimillonarios y personas con fortunas superiores a los 100 millones de euros podría recaudar hasta 185 mil millones de euros anualmente sólo en Europa. El estudio destaca cómo una tributación justa, combinada con sanciones para inversiones no sostenibles como los combustibles fósiles o activos no transparentes, puede generar recursos para abordar los desafíos climáticos y la desigualdad social.