Tal y como publicamos en Diario16, los grandes beneficios que presentará Banco Santander en las próximas semanas sólo benefician a sus grandes accionistas y, evidentemente, no llegan a sus trabajadores.
Este año los trabajadores del Santander se han vuelto a llevar otro golpe por parte de la dirección del banco: cerca de un 60% de la plantilla no tendrá subida salarial a diferencia de lo que sí han hecho el resto de grandes bancos. Esta decisión del Santander es un desprecio hacia unos empleados que, con su trabajo, han hecho ganar al banco sólo en España 1.104 millones de euros en los primeros nueve meses de 2022, con un crecimiento del 99% respecto a meses y años anteriores.
Por esta razón, ayer por la tarde se convocó una concentración frente a la sede de Santander España en Madrid a la que asistió el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, quien no se cortó la lengua y expuso lo que realmente es la entidad presidida por Ana Patricia Botín cuando se le quita el maquillaje del marketing corporativo.
«Banco Santander encarna la posición más dura, más reaccionaria, del empresariado español contra el reparto de los beneficios de la riqueza que se está generando en nuestro país. Sé que es una reivindicación de los trabajadores del banco, pero también nos ayuda a poner de manifiesto hasta qué punto la patronal española está manteniendo una posición usurera, una posición de no repartir la riqueza que se está generando en nuestro país. La banca es evidente que es uno de los sectores con más beneficios empresariales. La banca viene de un proceso de reconversión brutal y de una inyección de dinero público en años anteriores que es, en buena parte, la causa del déficit público de la deuda externa que tiene el Estado español», afirmó Pepe Álvarez.
El secretario general de UGT, añadió que «todo eso nos ha llevado hoy a que después de estos años de insolidaridad, de no repercutir hacia los trabajadores y las trabajadoras del sector, ni hacia los ciudadanos y las ciudadanas, esa generosidad que ha tenido el país con ellos, hay un banco, el Santander que, con un acuerdo sindical de aumento de salarios, es el único del sector financiero que, además, en vez de repercutirlo a los trabajadores y trabajadoras, lo que hacen es impedir que eso llegue absorbiendo ese aumento salarial que tenían que tener. Por eso creo que hay que denunciarlos, hay que reprochar públicamente la actitud que tienen y, sobre todo, hay que exigirles que, por lo menos, repercutan un 4,5% a la plantilla, que es lo que estamos reclamando».
Con la inflación actual y la depauperación de los salarios los trabajadores del Santander esperaban un reconocimiento que debía llegar con una subida salarial.
La plantilla del banco presidido por Ana Patricia Botín vive, desde que se inició el siglo XXI, un verdadero calvario. Los sanguinarios y dolorosos expedientes de regulación de empleo, las fusiones de Banesto y Banco Popular, las crisis económicas, el cierre de oficinas, la pandemia de Covid-19 y las actuales consecuencias de la guerra de Ucrania. Todo ello ha hecho que la plantilla se encuentre totalmente presionada y desmotivada. Eso sí, el Santander les seguirá exigiendo unos objetivos inalcanzables.