En un contexto de creciente incertidumbre económica, las caídas bursátiles internacionales se convierten en un termómetro del malestar provocado por los aranceles de la administración Trump. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha señalado la necesidad de una reacción equilibrada pero decidida por parte de la Unión Europea, en defensa de su tejido productivo y sus intereses comerciales.
Una señal que no puede ignorarse
Para el ministro Carlos Cuerpo, la evolución de los mercados financieros no deja lugar a dudas. Las recientes caídas bursátiles, unidas a la continuidad del tono negativo en la semana pasada, evidencian, según sus palabras, “el efecto negativo que todo el mundo está interpretando que tienen las medidas que ha tomado la administración americana”.
Aunque ha subrayado que aún es pronto para anticipar una recesión en la economía de Estados Unidos, el ministro considera que el daño a escala global ya se percibe. Especialmente, destaca que las políticas arancelarias estadounidenses castigan en primer término a sus propios consumidores y empresas, una señal que los mercados han recogido con claridad. Frente a esta coyuntura, Cuerpo aboga por una Europa serena pero vigilante, con capacidad para minimizar el impacto en sus industrias y trabajadores.
Una respuesta firme, unitaria y proporcionada
El titular de Economía ha insistido en la necesidad de que Europa actúe con determinación, pero sin caer en la confrontación. “No podemos ser ingenuos”, advirtió, subrayando que si no se llega a un acuerdo con Washington, habrá que contestar. “Las medidas de EE.UU. son totalmente injustas y arbitrarias”, remarcó.
Cuerpo defendió que la clave está en la unidad europea. “Por separado todos los países europeos somos pequeños”, señaló, “y por eso debemos apoyar a la Comisión en la negociación y reacción conjunta”. En esa línea, España respaldará en la reunión de ministros de Comercio de la UE la creación de un instrumento común de ayuda a los sectores más afectados, así como una lista de productos estadounidenses que podrían recibir aranceles europeos como respuesta “justa y proporcionada”.
Puertas abiertas al diálogo, pero con alternativas listas
A pesar de las tensiones, Cuerpo no cierra la puerta a la negociación con Estados Unidos. “Es la relación comercial más fuerte del mundo”, recordó, y si hay una prioridad para Europa es reforzarla. Pero también dejó claro que la UE dispone de herramientas para protegerse, incluso más allá de los aranceles, y que debe estar preparada para defender sus intereses si Washington no rectifica.
En cuanto al posible efecto inflacionario de la guerra comercial, el ministro fue prudente. “El BCE no espera un recrudecimiento de la inflación”, explicó, y recordó que la caída del precio del petróleo actúa como contrapeso. Aun así, abogó por vigilar de cerca el impacto en sectores y empresas específicas, y anticiparse con medidas de apoyo y acompañamiento.
Por último, el ministro señaló la importancia de buscar nuevos mercados. La ratificación del acuerdo con Mercosur, dijo, podría aumentar hasta en un 50% las exportaciones de productos como el aceite de oliva o el vino. Además, destacó la necesidad de reforzar la presencia europea en Asia, con menciones específicas al viaje del presidente Sánchez a China como vía para abrir oportunidades comerciales.
Un mensaje de defensa sin cerrar puertas
El mensaje del Gobierno español es claro: proteger sin aislar, responder sin romper, negociar sin ceder. Carlos Cuerpo ha trazado una hoja de ruta pragmática, basada en la cooperación europea, la apertura comercial y la firme defensa de los sectores más expuestos. En tiempos de incertidumbre, Europa debe actuar como un socio confiable pero decidido. Las Bolsas ya han hablado. Ahora le toca a la política.