Nadia Calviño ha pasado de ser una ministra «protegida» por Pedro Sánchez a pesar de representar a la antítesis de lo que se espera de una representante de un gobierno progresista y de izquierdas, a ser apartada de las negociaciones de las políticas sociales, lo que podría indicar que el presidente parece haberse dado cuenta de que ese camino debe ser la base de su acción política.
Las negociaciones para alcanzar el acuerdo firmado por sindicatos y Gobierno por el que se subirá 15 euros el salario mínimo interprofesional (SMI) se produjeron sin la presencia de la ministra de Asuntos Económicos, y eso es una victoria para la archienemiga de Calviño: Yolanda Díaz.
La realidad es que la guerra entre la vicepresidenta primera y la vicepresidenta segunda es, en realidad, una lucha ideológica. Calviño defiende los intereses de las élites financieras, económicas y empresariales. Siempre se ha opuesto a cualquier medida del gobierno que siguiera la senda de la justicia social.
La ministra de Asuntos Económicos, supuestamente, es la supuesta portadora de las exigencias de la Unión Europea. Sin embargo, en el caso del SMI, ha sido la propia UE la que ha señalado la pobreza salarial de España y ha recomendado la subida de los niveles económicos que percibe la clase trabajadora.
Esta es la demostración de que Calviño trabaja para las élites económicas, empresariales y financieras, quienes se han opuesto de manera radical a cualquier medida que suponga una mejora de los salarios de los trabajadores. Su querida Unión Europea exige a España que suba los salarios para mejorar la economía y, sin embargo, la ministra de Asuntos Económicos se alinea en la trinchera de las élites y de la patronal que afirman que subir 15 euros el SMI destruirá empleo. Evidentemente, si las empresas españolas han cimentado sus planes de negocio en la precariedad y la explotación laboral, entonces 15 euros les supondrá un problema para cumplir con sus estrategias.
La realidad es que Nadia Calviño se quedó fuera de las negociaciones para la subida del SMI. Toda una victoria para Yolanda Díaz y para quienes creen en el gobierno que el camino es la aplicación de medidas que refuercen la justicia social y no la defensa de las cuentas de explotación de las élites.
Esta es la razón por la que, cuando ya se había publicado una nota oficial, Nadia Calviño señaló en Galicia que no existía ningún acuerdo sobre la subida del SMI. Lo que ocurría, en realidad, es que la CEOE se había opuesto al acuerdo con los sindicatos.