En su Dictamen sobre cómo las disfuncionalidades del mercado único contribuyen al aumento del coste de la vida , el Comité Económico y Social Europeo (CESE) identifica la fragmentación del mercado único como uno de los principales impulsores de los costes persistentemente altos y pidió medidas rápidas para fortalecer la competencia, bajar los precios e impulsar la inversión.
«El coste de la vida en Europa se ve impulsado por las disfuncionalidades del mercado único. Exigimos medidas urgentes para abordar las barreras que afectan al coste de los productos (como las restricciones territoriales de suministro) y para agilizar los procedimientos contra las normas nacionales que infringen el Derecho de la UE», ha explicado Emilie Prouzet , ponente del dictamen.
Más allá de las restricciones territoriales de la oferta (TSC), el CESE señala el bloqueo geográfico y la divergencia de las normativas nacionales como dos de los principales responsables de la disfunción y la fragmentación que aquejan al mercado único. A pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea por prohibir el bloqueo geográfico y abordar las TSC, estas prácticas siguen generando disparidades en los precios y la disponibilidad de productos entre los Estados miembros.
La fragmentación no sólo incrementa los costos para empresas y consumidores, sino que también limita la variedad de productos disponibles. La falta de armonización en los mercados financieros, de telecomunicaciones, energéticos y farmacéuticos agrava aún más la fragmentación del mercado.
El CESE señala que, a pesar de que el mercado único impulsa el PIB de la UE entre un 6 % y un 8 %, la fragmentación aún supone un coste para la economía de hasta 500 000 millones de euros anuales, cifra que podría desbloquearse si se completara el mercado único. Esta cifra se desglosa en 228 000 millones de euros anuales para bienes y 279 000 millones de euros para servicios.
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), las barreras no arancelarias dentro de la UE equivalen a aranceles aduaneros de alrededor del 44 % para las mercancías y del 110 % para los servicios. Continúan surgiendo nuevas barreras, lo que incrementa aún más los costes para empresas y consumidores.
Para abordar este problema, el CESE ha pedido la eliminación inmediata de las barreras regulatorias y no regulatorias que limitan la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas; una aplicación más rápida de las normas de la UE permitiría a la Comisión acelerar los procedimientos de infracción y utilizar medidas cautelares contra violaciones claras del derecho de la UE; la Eliminación de las restricciones territoriales de oferta que inflan artificialmente los precios para los consumidores: la finalización de la Unión de los Mercados de Capitales para desbloquear la inversión privada y pública en toda la UE; promoción de la movilidad laboral y la digitalización para mejorar la protección de los trabajadores y las oportunidades económicas; una mejor integración de la infraestructura en los sectores de energía y telecomunicaciones para crear un mercado verdaderamente unificado; evaluación de las barreras del mercado inmobiliario para afrontar el aumento de los costos de la vivienda, y la eliminación de las restricciones al mercado de atención sanitaria para garantizar el acceso asequible a los medicamentos.
El dictamen forma parte de una iniciativa más amplia del CESE que aborda la crisis del coste de la vida en siete áreas políticas y ofrece recomendaciones específicas para los responsables políticos de la UE y nacionales, la sociedad civil y las partes interesadas.