Cinco trabajadores perdieron la vida en la Comunidad de Madrid durante el mes de noviembre, elevando a 79 el número de fallecidos en accidentes laborales en lo que va de 2024. Esta cifra supone un incremento de 12 muertes respecto al mismo periodo de 2023, lo que representa un preocupante aumento del 17,91%.
Leticia Fernández, secretaria de Salud Laboral de UGT Madrid, ha denunciado la pasividad ante estas tragedias: "Estamos hablando de vidas humanas, no de estadísticas. Es inadmisible que sigamos lamentando pérdidas por incumplimientos que podrían haberse evitado".
Servicios, el sector más golpeado
De los cinco fallecimientos registrados en noviembre, cuatro ocurrieron durante la jornada laboral y uno en trayecto (in itinere). El sector servicios acumuló la mayoría de estas muertes, con tres casos por patologías no traumáticas, como infartos o derrames cerebrales, y uno en accidente de tráfico. El quinto fallecimiento tuvo lugar en el sector industrial, donde un trabajador murió aplastado por un panel prefabricado.
A pesar de una ligera reducción en el total de accidentes laborales, que alcanzaron los 7.463 casos en noviembre, accidenUGT considera que esta disminución es irrelevante ante el drama humano que representan las cifras actuales. De estos incidentes, 5 fueron mortales, 44 graves y 7.414 leves.
Leticia Fernández, secretaria de Salud Laboral de UGT Madrid, subraya que "ninguna cifra es aceptable cuando hablamos de vidas humanas. No podemos seguir lamentando tragedias cada mes por incumplimientos en prevención de riesgos".
Un problema que crece año tras año
Las cifras de accidentes laborales en la región son alarmantes. Hasta noviembre de 2024, se registraron 82.628 accidentes de trabajo, lo que supone un aumento de 850 casos en comparación con el año anterior. De estos, 68.797 se produjeron durante la jornada laboral y 13.831 en trayectos. Además, los accidentes in itinere han subido un 1,52%, con las mujeres como el grupo más afectado: 8.024 mujeres frente a 5.807 hombres.
La carga de cuidados que asumen las trabajadoras, como atender a menores o personas mayores, podría explicar su mayor exposición a accidentes en desplazamientos laborales. "Es necesario que las empresas evalúen el riesgo de accidentes de tráfico y adopten medidas preventivas. No cumplir con esta obligación legal pone en peligro la vida de miles de trabajadores", destaca Fernández.
Reivindicaciones para frenar la tragedia
Desde UGT Madrid, se ha vuelto a exigir a la administración un refuerzo de los recursos para la Inspección de Trabajo, la Fiscalía y el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST). "Es urgente aumentar los controles y garantizar que las empresas cumplan con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. No se trata de números, se trata de vidas", reclama Leticia Fernández.
El sindicato también insiste en la creación de una figura similar al delegado territorial de prevención, especialmente para pequeñas y medianas empresas que no cuentan con representación sindical. Según UGT, los centros de trabajo sindicalizados suelen tener mejores índices de seguridad laboral.
Patologías prevenibles y negligencias reiteradas
Las principales causas de los accidentes mortales en la región, como infartos, derrames cerebrales, caídas, aplastamientos y contactos eléctricos, son en su mayoría evitables. Sin embargo, su repetición mes tras mes evidencia fallos estructurales en la implementación de medidas de seguridad. "No podemos aceptar que estos accidentes sigan ocurriendo por negligencias. Cada muerte es el resultado de una cadena de fallos que deberían haberse evitado", sentencia Fernández.
A falta de un mes para finalizar el año, todo indica que las cifras de accidentes laborales en Madrid superarán las de 2023, marcando un triste récord. Desde UGT se reitera la necesidad de actuar de inmediato para frenar esta escalada, poniendo en el centro de la agenda política la seguridad y la salud de los trabajadores.
Madrid enfrenta una crisis laboral que deja a decenas de familias rotas y cuestiona la capacidad de las instituciones para garantizar un derecho básico: trabajar sin arriesgar la vida.