Los trabajadoras y trabajadores de ayuda a domicilio han salido a las calles, convocados por UGT Madrid, para exigir a las administraciones competentes que renueven y actualicen los pliegos del servicio. Las movilizaciones reflejan la indignación de quienes aseguran que este servicio esencial está siendo abandonado, perjudicando tanto a los profesionales como a las personas dependientes que dependen de él. "Estamos hablando de un trabajo esencial, y es inaudito que nuestros salarios estén en muchos casos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional", denuncia Carmen López, portavoz de UGT Madrid en el sector de Ayuda a Domicilio.
La situación es crítica: los pliegos de condiciones actuales están desactualizados y no se ajustan a los incrementos salariales y de costes de vida de los últimos años. Desde UGT Madrid, López recalca que la falta de actualización en los presupuestos afecta tanto a las condiciones laborales de las trabajadoras como a la calidad del servicio prestado. "Las administraciones están prorrogando estos contratos sin financiación suficiente, lo que nos lleva a una precarización que impacta directamente en las condiciones de las personas dependientes", advierte.
Una lucha por derechos esenciales
La pandemia expuso las carencias de este sector, pero en lugar de abordar el problema, la administración ha seguido prorrogando los contratos sin ajustar presupuestos. Según UGT, el Ayuntamiento de Madrid aún no ha dado respuesta a sus reiteradas peticiones de reunión, mientras que la Comunidad ha mostrado un compromiso poco claro, prometiendo nuevos pliegos a principios de 2025 sin detallar medidas concretas. "Nos dicen que no hay dinero, pero en el primer año de pandemia, entre las empresas que prestaban los servicios, se presupuestaron cerca de 80 millones de euros. ¿Dónde está ese dinero?", cuestiona López.
Las cifras del Imserso arrojan una situación alarmante: en la Comunidad de Madrid, el número de personas dependientes con derecho a prestación, pero sin resolución de PIA, ha pasado de 8.062 en 2023 a 13.314 a finales de septiembre de 2024, un incremento del 65,1%. En el resto de España, sin embargo, el número de personas sin prestación ha descendido en un 15,5%. Estos datos, según el sindicato, reflejan la inacción de las administraciones madrileñas.
“Un enriquecimiento injusto”
Para UGT Madrid, la situación actual no solo es precaria; es también una muestra de lo que consideran un "enriquecimiento injusto" por parte de las administraciones. López denuncia que "las administraciones están empobreciendo un servicio que es esencial, pretendiendo mantener los costes por hora muy por debajo de lo que deberían estar". Con el aumento del coste de vida, la subida del Salario Mínimo Interprofesional y los nuevos derechos laborales establecidos en el Estatuto de los Trabajadores, los presupuestos actuales se vuelven insostenibles.
"Las trabajadoras de Ayuda a Domicilio no pueden seguir asumiendo esta situación", sentencia López, y asegura que las movilizaciones son solo el comienzo de una lucha que no se detendrá hasta que el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid tomen medidas concretas para asegurar la sostenibilidad de este servicio vital.
Como afecta a los usuarios
Las medidas y el contexto actual del servicio de Ayuda a Domicilio afectan a los usuarios de varias maneras, especialmente a las personas dependientes que dependen de estos servicios para llevar una vida digna y segura en sus hogares. Aquí te detallo algunos de los impactos más significativos:
1. Reducción en la calidad del servicio
La precarización del trabajo de las personas cuidadoras y el desajuste en los presupuestos hacen que los recursos sean insuficientes. Esto puede traducirse en una reducción del tiempo de atención a cada usuario, menor personal disponible o una menor capacidad para cubrir las necesidades individuales. Para los usuarios, esto significa un servicio más limitado y menos adaptado a sus requerimientos personales, lo que puede afectar directamente su bienestar.
2. Inestabilidad en la atención
La falta de financiación adecuada y la prórroga de contratos obsoletos generan inestabilidad en el empleo de las trabajadoras. Cuando las cuidadoras no tienen seguridad laboral o se enfrentan a cambios constantes en sus condiciones de trabajo, es común que aumente la rotación de personal. Para los usuarios, la rotación de cuidadores puede crear dificultades en la relación de confianza y en la continuidad de la atención, algo esencial en la Ayuda a Domicilio, especialmente para personas en situación de vulnerabilidad.
3. Menos flexibilidad y adaptación
Con la falta de recursos y de personal, es menos probable que las necesidades cambiantes de los usuarios puedan atenderse con flexibilidad. Para los usuarios con necesidades específicas o en evolución (por ejemplo, aquellos con enfermedades crónicas o degenerativas), esto se traduce en un servicio menos adaptable a sus necesidades, ya que los cuidadores tendrán menos tiempo y recursos para personalizar la atención.
4. Impacto en la seguridad de los usuarios
La reducción en la calidad del servicio y la inestabilidad laboral también pueden poner en riesgo la seguridad de los usuarios. Las personas dependientes pueden no recibir el apoyo adecuado en las actividades diarias esenciales, como el aseo personal, la preparación de alimentos, o el control de medicamentos, lo que aumenta el riesgo de caídas, accidentes domésticos o problemas de salud asociados al abandono.
5. Desigualdad en el acceso al servicio
El Imserso ha reportado que la Comunidad de Madrid tiene un gran número de personas dependientes sin resolución de prestación, lo que se traduce en una lista de espera cada vez mayor. Mientras que en el resto de España las listas de espera han disminuido, en Madrid han aumentado. Esto genera una situación de desigualdad en el acceso al servicio, afectando a muchas personas mayores y personas con discapacidad que necesitan ayuda inmediata y que, en cambio, deben esperar o prescindir de un servicio esencial para su día a día.
6. Aumento del agobio familiar
En muchos casos, cuando los usuarios no reciben el apoyo necesario, la carga recae sobre sus familiares, quienes deben dedicar más tiempo y esfuerzo a cubrir las necesidades de sus seres queridos. Esto incrementa el estrés y el agotamiento en las familias, especialmente en aquellas donde ya existen otras responsabilidades laborales o familiares. Además, puede dar lugar a problemas de salud y desgaste físico y emocional entre los familiares cuidadores.
Como consecuencia de estas medidas y la falta de actualización en los pliegos de condiciones, tanto las personas trabajadoras como los usuarios y sus familias enfrentan una situación de vulnerabilidad y desamparo. UGT alerta que el deterioro progresivo del servicio no solo afecta a las trabajadoras, sino que también tiene un impacto directo en la vida de las personas dependientes y en su derecho a recibir una atención digna, adecuada y segura en sus hogares.