El Banco Central Europeo (BCE) ha optado por mantener estables las tasas de interés, confirmando así las expectativas del mercado. La tasa de referencia para operaciones de refinanciación se mantiene en un 4,50%, con las tasas de depósito y de facilidad de préstamo fijadas en el 4% y 4,75% respectivamente. Esta decisión marca la segunda vez consecutiva que el BCE decide no alterar las tasas desde que se detuvo el ciclo de incrementos en octubre, tras diez subidas sucesivas que llevaron las tasas a su nivel más alto en más de dos décadas.
La política del BCE ha sido influenciada por el impacto continuo de las subidas anteriores en la economía, que se traduce en un endurecimiento de las condiciones de financiación y una reducción en la demanda, aspectos clave para la disminución de la inflación. Aunque la inflación sigue siendo un tema de preocupación, el BCE sostiene que los actuales niveles de interés, si se mantienen por un tiempo suficiente, ayudarán significativamente a alcanzar el objetivo de inflación del 2%.
Este mantenimiento de tasas llega en un contexto de desaceleración económica en la zona euro. Datos recientes de Eurostat revelan que la tasa de inflación interanual en noviembre fue del 2,4%, marcando una disminución respecto al mes anterior y siendo la más baja desde julio de 2021. Al excluir elementos volátiles como energía, alimentos, alcohol y tabaco, la inflación subyacente se situó en el 3,6%. Adicionalmente, se confirmó una contracción del 0,1% en el PIB de la eurozona durante el tercer trimestre, un rendimiento inferior al de Estados Unidos y el Reino Unido en el mismo periodo.
El BCE continúa comprometido a un enfoque basado en datos para determinar la duración y el grado de restricción necesarios en su política monetaria, adaptándose a las condiciones económicas cambiantes. Esta estrategia equilibrada refleja una respuesta cautelosa a la situación económica actual, buscando un equilibrio entre el control de la inflación y el apoyo al crecimiento económico.