El grupo de trabajo de fiscalidad, formado por representantes de la Agencia Tributaria (AEAT), agentes sociales y organizaciones de autónomos como UPTA, lleva meses paralizado. Pese a que se esperaba un avance significativo en los mecanismos para la implementación de la facturación electrónica, hasta el momento no se ha comunicado ningún progreso tangible. Esta situación, unida a la falta de un calendario claro, está generando incertidumbre y malestar entre los más de tres millones de autónomos de España.
Plazos confusos y desinformación generalizada
La Ley Crea y Crece (Ley 18/2022, de 28 de septiembre) establece la obligatoriedad de la facturación electrónica en operaciones entre empresarios y profesionales. Sin embargo, los plazos de aplicación varían en función de la facturación anual:
- Las empresas con ingresos superiores a 8 millones de euros deberán cumplir con esta medida un año después de que se apruebe el reglamento.
- El resto de las empresas y autónomos tendrán un margen de dos años.
A pesar de estas especificaciones legales, existe una extendida creencia entre los autónomos de que la medida entrará en vigor el 1 de enero de 2025, lo que está provocando confusión y una preparación apresurada en algunos casos, sin certezas sobre las herramientas que deberán utilizar.
UPTA exige transparencia inmediata
Eduardo Abad, presidente de UPTA, no ha dudado en alzar la voz ante esta problemática. “No podemos amedrentar ni confundir a más de 3 millones 380 mil autónomos de nuestro país. Las modificaciones en una materia tan sensible como la tributaria deben ser transmitidas con absoluta transparencia y claridad, sin que haya la menor duda de cómo deben hacer frente los autónomos a sus obligaciones con la administración tributaria”, afirma.
Abad alerta de que la falta de información está generando perjuicios económicos y burocráticos para los autónomos, especialmente aquellos que gestionan pequeños negocios y que ya se enfrentan a múltiples cargas administrativas.
¿Dónde está el reglamento?
Otro punto crítico es la ausencia de un reglamento definitivo que detalle las especificaciones técnicas para los sistemas de gestión que deberán emplearse. Desde UPTA, consideran inadmisible que no se haya avanzado en la elaboración de este marco normativo ni en la compatibilidad de los mecanismos informáticos exigidos por la AEAT.
La incertidumbre no solo afecta la preparación técnica de los autónomos, sino también la confianza en las instituciones responsables de implementar estas medidas.
El futuro inmediato
La facturación electrónica promete ser una herramienta útil para la transparencia fiscal y la simplificación administrativa, pero sin una comunicación clara y una hoja de ruta bien definida, corre el riesgo de convertirse en un quebradero de cabeza para los autónomos.
Mientras tanto, UPTA sigue demandando a las administraciones mayor compromiso y urgencia para garantizar que la transición hacia este nuevo modelo de facturación sea lo menos traumática posible. Los autónomos, que son el motor de la economía, no pueden seguir navegando en un mar de incertidumbre.