La hostelería española vive un verano a medio gas: facturación estancada y caída del gasto nacional

La temporada veraniega de 2024 no cumplió con las expectativas del sector, con un descenso en la demanda nacional y una contención en el gasto de los turistas, impactando la rentabilidad de bares y restaurantes

05 de Septiembre de 2024
Actualizado el 09 de octubre
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El verano de 2024 ha sido menos próspero para la hostelería de lo esperado, según los últimos datos proporcionados por HOSTELERÍA DE ESPAÑA. Aunque el turismo internacional ha mostrado dinamismo, este crecimiento no se ha reflejado significativamente en la facturación de bares y restaurantes. El 75% de los empresarios del sector ha declarado que su desempeño ha sido igual o peor que en 2023, mientras que solo un 25% ha registrado una mejoría.

La encuesta realizada a los empresarios hosteleros revela datos preocupantes. Un 44,5% de los encuestados ha reportado una disminución en el número de visitas, y el 57,7% ha notado una reducción en el gasto de sus clientes. Este comportamiento ha sido más marcado entre los turistas nacionales, quienes han limitado sus visitas y gasto en hostelería.

La influencia del turismo internacional y el estancamiento del turismo nacional

Aunque España sigue siendo un destino clave para el turismo internacional, el comportamiento de los turistas extranjeros no ha sido suficiente para compensar el descenso en el turismo local. A pesar del crecimiento del número de visitantes internacionales, el 38,2% de los hosteleros ha señalado una disminución en las visitas de estos clientes a sus establecimientos.

El gasto de los turistas nacionales, que en años anteriores representaba un motor clave para la hostelería durante los meses de verano, ha tocado techo. La creciente tendencia de los españoles a viajar al extranjero y las condiciones climáticas irregulares en el país han afectado negativamente al sector. Muchas zonas, como el interior y el norte de España, han sufrido lluvias y temperaturas frías, mientras que otras regiones han enfrentado olas de calor que han desincentivado las salidas y el consumo en establecimientos hosteleros.

Los destinos de sol y playa, los más favorecidos

A pesar del comportamiento general más flojo, las zonas de sol y playa en la costa mediterránea, Galicia y Canarias han mostrado un mejor rendimiento que otras áreas del país. En estas regiones, se registró un crecimiento del 5% en comparación con el verano anterior, debido principalmente a la atracción que estos destinos tienen para el turismo extranjero. Los turistas internacionales han incrementado su gasto en alojamiento en un 11% y en manutención en un 15,5% solo en el mes de julio.

Sin embargo, estas cifras no han sido suficientes para revertir la tendencia general a la baja en otras regiones. Las áreas de interior, donde predominan los visitantes nacionales, han registrado una menor afluencia de turistas y un estancamiento en la facturación. El impacto del clima y los viajes al extranjero han sido factores determinantes en estas zonas.

Facturación a la baja y una contención del gasto

Aunque en junio la hostelería experimentó un incremento del 7,6% en la facturación respecto al año anterior, los meses siguientes no mantuvieron esta tendencia positiva. En julio, la facturación descendió y en agosto se mantuvo en niveles similares a los de 2023, sin registrar un crecimiento significativo. En promedio, la mitad de los encuestados reportó una caída en la facturación de hasta un 10%, mientras que solo un 26,7% experimentó un incremento de hasta un 10%.

El descenso en el gasto ha sido especialmente evidente entre los clientes habituales y los turistas nacionales, lo que ha afectado de manera directa la rentabilidad de los establecimientos. La subida de precios en productos y servicios básicos, como alimentos, bebidas y transporte, ha reducido el poder adquisitivo de los consumidores. Esto ha obligado a muchos a priorizar el gasto en alojamiento y transporte en detrimento de bares, restaurantes y el ocio nocturno.

Impacto en el empleo y los costes

Aunque el empleo en el sector de la hostelería ha alcanzado una cifra récord de 1,96 millones de trabajadores en julio y agosto, el ritmo de crecimiento en las contrataciones ha sido más lento en comparación con otros años. La alta demanda de trabajadores para la temporada alta, que generalmente comienza con la Semana Santa, se ha visto limitada por la escasez de personal cualificado. Un 56% de los hosteleros encuestados afirmó haber tenido dificultades para encontrar trabajadores este verano, lo que ha añadido presión a los ya elevados costes operativos.

El aumento en los costes de personal, combinado con la subida de precios de los alimentos y las bebidas, ha supuesto un descenso significativo en la rentabilidad de los negocios. Muchos empresarios del sector se han visto obligados a ajustar sus márgenes para mantenerse a flote en un entorno económico complicado, donde la reducción del gasto por parte de los consumidores ha sido la tendencia dominante.

Ocio nocturno y nuevas tendencias de consumo

El ocio nocturno ha sido uno de los subsectores más afectados durante este verano. Con una reducción de la actividad en comparación con años anteriores, muchos negocios han visto cómo la afluencia de clientes se desplazaba hacia las verbenas y fiestas al aire libre, que han ganado popularidad en muchas regiones de España. Además, la tendencia creciente de consumo en exteriores, como terrazas y zonas al aire libre, ha desplazado el gasto de los consumidores, afectando especialmente a los bares y discotecas tradicionales.

A pesar de ello, los restaurantes han mostrado un mejor comportamiento en términos de afluencia y facturación en comparación con otros subsectores de la hostelería, aunque también se han visto afectados por la contención del gasto general.

Un verano de desafíos y adaptación

En resumen, la hostelería española ha vivido un verano marcado por la incertidumbre, la contención del gasto y la creciente competencia de destinos internacionales. A pesar de algunos puntos positivos, como el crecimiento del turismo internacional en las zonas de sol y playa, el sector ha enfrentado grandes desafíos, especialmente en las regiones de interior y con el turismo nacional.

Con una ampliación de la temporada alta hasta octubre, la esperanza de los hosteleros radica en que los próximos meses ayuden a mejorar las cifras generales de este verano, permitiendo a los negocios recuperar parte de la rentabilidad perdida durante los meses más críticos del año.

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