Impulsar la productividad, clave para el crecimiento económico de España

19 de Abril de 2024
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productividad

La inversión en productividad es fundamental para reactivar el crecimiento económico, un principio que en España, desde 2012, se ha enfrentado a desafíos significativos con un aumento anual de solo el 0,4% en la productividad laboral. Esta cifra se encuentra por debajo del promedio de las principales economías europeas y considerablemente menor que el 1% observado en Estados Unidos. La desaceleración en la productividad ha sido una constante en muchas economías avanzadas, particularmente desde la crisis financiera de 2008, lo que sugiere un problema estructural y generalizado que requiere atención urgente.

El McKinsey Global Institute (MGI), en su reciente informe "Invertir en el crecimiento de la productividad", resalta la importancia vital de las inversiones para impulsar la productividad. El análisis se basa en el estudio de 125 economías a lo largo de 25 años, proporcionando no solo un diagnóstico de los desafíos actuales sino también una hoja de ruta para potenciar la productividad futura. Este informe destaca el éxito de economías emergentes como China e India, que han utilizado la inversión como un motor para avanzar en su desarrollo económico.

España

En el contexto español, la inversión tanto pública como privada ha sido insuficiente, particularmente desde la crisis financiera. La inversión se ha visto notablemente reducida y no ha logrado recuperarse de manera efectiva, lo que ha contribuido al estancamiento de la productividad. Marc Canal, investigador senior del MGI, enfatiza que en un mundo enfrentado a desafíos como el envejecimiento poblacional, la reconfiguración de las cadenas de suministro y la transición energética, es crucial acelerar el crecimiento de la productividad.

Para España, la recuperación de la inversión a niveles precrisis y la adopción de nuevas tecnologías como la digitalización y la inteligencia artificial generativa son esenciales. Estas tecnologías están redefiniendo los paradigmas laborales y productivos a nivel global. Además, la urbanización efectiva y el crecimiento del sector servicios son factores destacados por el informe como cruciales para el desarrollo de las economías emergentes, sugiriendo que las economías avanzadas deberían reacelerar sus inversiones en estas áreas.

En términos prácticos, esto implica que España no solo debe incrementar la cantidad de inversión sino también mejorar su calidad, enfocándose en alta tecnología y capacidades digitales. Estas inversiones no solo potenciarían directamente la productividad, sino que también prepararían el camino para una economía más resiliente y adaptable.

No obstante, la ruta hacia una mayor productividad mediante la inversión afronta múltiples desafíos. El entorno macroeconómico complejo, las tensiones geopolíticas y los cambios en la dinámica del mercado laboral, incluyendo el modelo de trabajo híbrido y el envejecimiento de la población, representan obstáculos significativos. La inversión debe ser respaldada por un entorno legal adecuado y un capital humano capacitado para aprovechar su potencial.

China e India

La experiencia de países como China e India demuestra que con políticas adecuadas y una fuerte inversión en tecnología y capital humano, se pueden lograr avances significativos en la productividad. Para España, el mensaje es claro: es necesario aumentar y optimizar la inversión para mejorar la productividad y, por ende, el crecimiento económico a largo plazo.

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