La inflación en España continúa su trayectoria descendente y ha cerrado mayo con un 1,9% interanual, el nivel más bajo en siete meses, según los datos adelantados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este descenso de tres décimas con respecto al mes anterior ha sido posible, en parte, por una moderación en los precios de la energía y los servicios relacionados con el turismo. Este comportamiento marca un contraste con el repunte que experimentó la economía en meses anteriores, haciendo que la cifra de mayo se sitúe por debajo del 2% por primera vez en lo que va del año.
Uno de los factores clave detrás de este alivio inflacionario ha sido el abaratamiento de los precios en áreas como el ocio, el transporte y la cultura, todos ellos impulsados por una caída en la demanda turística tras el incremento provocado por la Semana Santa. Aunque el aumento en el recibo de la luz, derivado del apagón eléctrico del 28 de abril, impactó en la factura de los consumidores, este efecto puntual no fue suficiente para revertir la tendencia a la baja en los precios energéticos, que han experimentado una moderación importante en los últimos meses.
A pesar de este repunte en los precios de la electricidad, el componente energético en su conjunto ha seguido contribuyendo a la moderación de la inflación. Esta es una de las claves que explican la reducción del índice general, según los analistas de BBVA Research. Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, destaca que los precios energéticos se han moderado incluso más de lo que se esperaba, lo que ha ayudado a mitigar el impacto del apagón y ha permitido que la inflación general se mantuviera controlada.
La inflación subyacente: un factor crucial
A pesar de la moderación general, la inflación subyacente, que excluye los productos más volátiles como la energía y los alimentos frescos, se ha mantenido algo por encima del índice general, registrando un 2,1% en mayo, tres décimas menos que el mes anterior. Este fenómeno refleja la persistente presión de los servicios, particularmente aquellos vinculados a los costos laborales, que siguen aumentando por encima del 3%.
Este incremento se debe, en gran parte, a la subida de salarios pactada en los últimos convenios colectivos, que ha impactado en el precio de los servicios. Según Torres, "los precios de los servicios siguen subiendo muy por encima del 3%, en parte por el tirón de la demanda turística y en parte por el efecto de los nuevos salarios pactados". Esta inercia en los precios de los servicios está limitando una caída más pronunciada de la inflación subyacente.
Un panorama mixto para la economía
La caída de la inflación en mayo se produce en un contexto económico mixto. Por un lado, el abaratamiento de la electricidad y el buen comportamiento de los servicios relacionados con el turismo han ayudado a contener los precios. Por otro lado, la presión en los servicios y en otros sectores más estables impide una disminución más significativa de la inflación. No obstante, los analistas consideran que este es un signo positivo para la economía española, que sigue mostrando una gran capacidad de crecimiento a pesar de la incertidumbre internacional y de las tensiones energéticas.
El dato de mayo refleja una mejora en la evolución de los precios en comparación con el mismo mes de 2024, cuando la inflación alcanzó el 3,6%, impulsada por el aumento de los alimentos y los carburantes. Esta reducción se debe, en gran parte, a que el componente energético ya no actúa como un catalizador inflacionista, y los precios de los alimentos han estabilizado su crecimiento tras los picos de 2022 y 2023.

Perspectivas futuras
A medida que la inflación sigue moderándose, los analistas apuntan a que existe margen para que se mantenga dentro de los objetivos establecidos por el Banco Central Europeo (BCE). La gran pregunta es si esta desaceleración será sostenible, especialmente en un contexto donde los precios de los servicios continúan presionando al alza. Lo que es seguro es que el descenso de la inflación en mayo marca una tendencia positiva para la economía española, destacándose por encima de otros países de la zona euro.

Este panorama, en el que coexisten tendencias contradictorias, pone de manifiesto la complejidad de la situación económica actual. Aunque la moderación de la inflación es una buena noticia para los consumidores, la persistente presión sobre los precios de los servicios sigue siendo un desafío importante para los próximos meses.