La inflación se desinfla en marzo, cae al 2,3% y rompe con cinco meses de subidas

El abaratamiento de la electricidad y los carburantes impulsa la mayor moderación del IPC en medio año. La inflación subyacente baja al 2%, su nivel más bajo desde 2021

28 de Marzo de 2025
Actualizado a las 10:27h
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Inflacion politica monetaria

El Índice de Precios de Consumo (IPC) da un respiro en marzo y frena la tendencia alcista que arrastraba desde el pasado otoño. Según los datos adelantados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación interanual se situó en el 2,3%, lo que supone una reducción de siete décimas respecto a febrero. Esta desaceleración se explica, principalmente, por el menor coste de la energía y los carburantes. La inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles como alimentos no elaborados y productos energéticos, también se relaja, hasta el 2%, su nivel más bajo en más de tres años.

La energía cambia el rumbo del IPC

Después de cinco meses consecutivos al alza, la inflación ha frenado su escalada. El INE ha atribuido esta caída del IPC al abaratamiento de la electricidad y al descenso en los precios de carburantes y lubricantes. Ambos factores contrastan con los incrementos que registraron en marzo de 2024, lo que ha permitido este respiro en el indicador.

Además, otros sectores, como el de ocio y cultura, han experimentado subidas de precios más moderadas que en el mismo mes del año anterior, contribuyendo también a la ralentización general del índice. El IPC mensual, la variación de precios respecto a febrero,  apenas subió un 0,1%, una cifra discreta que consolida la contención inflacionista de este inicio de primavera.

Inflación subyacente, el indicador más estable

Uno de los datos más relevantes del avance publicado por el INE es la evolución de la inflación subyacente, que se considera un indicador más estructural del comportamiento de los precios al dejar fuera los elementos más volátiles. En marzo, esta variable bajó dos décimas, situándose en el 2%, una cifra que no se veía desde diciembre de 2021.

Este descenso de la subyacente refuerza la idea de una desaceleración progresiva y sostenida de la inflación, lo que puede tener implicaciones en las futuras decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo.

Fin a la tendencia alcista

La caída del IPC en marzo supone el primer retroceso en la tasa interanual tras cinco meses consecutivos de subidas, una racha iniciada en octubre del año pasado, cuando la inflación alcanzó su mínimo reciente del 1,8%. Desde entonces, el encarecimiento de la energía, en un contexto de tensiones internacionales y repuntes de demanda, había empujado al alza los precios de consumo. Ahora, con esta corrección, se abre la puerta a una etapa de mayor estabilidad si se mantienen controlados los factores que más presionan el índice.

Expectativas prudentes

Aunque estos datos representan una buena noticia para los hogares y empresas, los expertos mantienen la cautela. La evolución de la inflación en los próximos meses dependerá de la volatilidad de los mercados energéticos, la situación geopolítica y la capacidad de contención de precios en sectores clave como la alimentación o el transporte.

Por ahora, el dato de marzo indica que la inflación parece ceder en su presión, tanto en sus componentes volátiles como en los estructurales. Una señal que podría allanar el terreno para un cambio de ciclo si se consolida en los próximos meses.

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