España será, según la OCDE, el país de la zona euro con el mayor crecimiento este año y todavía más en 2022, por el doble efecto benéfico esperado del ritmo actual de vacunación y de los fondos europeos que deben empezar a llegar en los próximos meses.
La OCDE mejora las previsiones sobre España
La OCDE avisa de que la pandemia va a exigir una serie de medidas para mantener la sostenibilidad del sistema y esto pasa, entre otras cosas, porque el mercado laboral sea flexible para que las empresas puedan adaptarse al escenario poscrisis.
En su informe de perspectivas publicado este lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que el producto interior bruto (PIB) español subirá un 5,9 % en 2021, lo que significa dos décimas más de lo que había anticipado a comienzos de marzo.
La OCDE mejora las previsiones sobre España, que pasan de 1,5 puntos, hasta el 6,3 por ciento. Será entonces cuando se sentirá el impacto de la vacunación en sectores que han estado cerrados por la pandemia como el turismo, en el crecimiento económico. Todo ello muy beneficiado por los fondos de Recuperación europeos.
Crecimiento en uve
Una de las razones de este repunte es que la economía española fue también la que sufrió en 2020 el mayor bajón de los miembros de la moneda única e incluso de toda la OCDE (-10,8 %).
Nuestro país tardará tres años y medio en recuperar el nivel de PIB per cápita anterior a la crisis. Únicamente a Islandia y a México, de los 38 Estados miembros, les costará más.
Una recuperación del empleo muy lenta
La recuperación del empleo va a ser muy lenta. La OCDE aventura que la tasa de paro, que subió al 15,5 % de media el pasado ejercicio, únicamente disminuirá una décima en 2021 y al 14,7 % en 2022, a pesar de ello, la OCDE mejora las previsiones sobre España.
La OCDE exige una serie de medidas para mantener la sostenibilidad del sistema. Entre otras cosas, mayor flexibilidad del mercado laboral, para que las empresas puedan “adaptarse” al escenario poscrisis.
Elevada deuda pública
Además, en el caso concreto de la UE, el organismo insta a una reforma profunda de las reglas fiscales porque, dice, de lo contrario, muchos países con altos niveles de deuda pública, como es el caso de España, no podrán hacer frente a ella.
“Las posibles soluciones pasan por sustituir la actual multiplicidad de reglas numéricas por una regla de gasto anclada en un objetivo de ratio de deuda a medio plazo específico para cada país, o por dar a los países más grados de libertad para reformar sus marcos fiscales”, explica la OCDE en su análisis.
Estas reglas fiscales se encuentran suspendidas hasta 2022 y son muchas las voces que llaman a su reforma, como es la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño.
Temporalidad
España tiene una tasa de temporalidad de las más altas de la UE y de la OCDE, el 22 %, y eso es negativo para la productividad. Esta alta precariedad incita a los inversores a invertir menos y genera una excesiva movilidad.
Por eso la OCDE incide en que “hay que clarificar y acotar las formas en que se puede contratar temporalmente.
La deuda, un lastre
Otro de los grandes lastres que deja la crisis es el nivel de deuda, que el año pasado aumentó en casi 25 puntos de PIB, hasta el 120 %. Un incremento del gasto que Caldera considera “apropiado” porque sin proteger a las empresas y a los trabajadores las consecuencias económicas y sociales habrían sido peores.
La OCDE prevé, que con un déficit público del 8,6 % este año, la deuda disminuirá únicamente al 119,7 % y con un 5,4 % en 2022 al 117,4 %.
La retirada de los estímulos fiscales habrá de hacerse gradualmente y solo cuando la economía esté en una senda de crecimiento más estable para no repetir los errores de hace una década. La austeridad cortó la recuperación, afirman, y a pesar de ello, la OCDE mejora las previsiones sobre España.
Apoyos fiscales
Aunque el apoyo fiscal del gobierno durante la pandemia ha elevado la deuda pública en la mayoría de las economías, desde la OCDE creen que las bajas tasas de interés actuales hacen que la elevada deuda pública será más manejable y debería abrir el camino para inversiones en áreas como la atención médica, la digitalización y el abordaje del cambio climático.
En la rueda de prensa, se insistió en que “la sostenibilidad de la deuda debe ser una prioridad solo una vez que la recuperación esté bien avanzada. Los gobiernos deben comenzar a planificar una revisión de la gestión de las finanzas públicas. Esta no es una crisis, ni una recuperación ordinarias. Las políticas poscrisis deben reformarse en profundidad para abordar de manera más eficaz los desafíos actuales y futuros”.