Las pensiones experimentarán en 2025 un incremento del 2,8%, en línea con la inflación promedio interanual de diciembre de 2023 a noviembre de 2024, según lo establecido en la reforma de pensiones de 2021. Este dato, calculado tras conocer el avance del Índice de Precios de Consumo (IPC) de noviembre, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), confirma que el sistema garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. Sin embargo, también plantea retos financieros para la sostenibilidad del sistema.
11 millones de beneficiarios
La revalorización beneficiará a los cerca de 9,3 millones de personas que perciben las 10,3 millones de pensiones contributivas de la Seguridad Social y a los 720.148 funcionarios del Régimen de Clases Pasivas del Estado. Para una pensión media de jubilación, que actualmente ronda los 1.481 euros mensuales, la subida representará unos 560 euros adicionales al año. Por su parte, las pensiones medias del sistema, de 1.296 euros al mes, aumentarán en 500 euros anuales.
Aparte de las pensiones contributivas, las mínimas y no contributivas recibirán previsiblemente un incremento superior al 2,8%, tal como ocurrió en años anteriores. En 2024, por ejemplo, estas prestaciones subieron un 6,9%, frente al 3,8% de las pensiones generales. Esta política busca proteger a los colectivos más vulnerables, en línea con las recomendaciones del Pacto de Toledo.
¿Cómo se calcula la revalorización?
El mecanismo para actualizar las pensiones toma como referencia la inflación promedio interanual desde diciembre del año anterior hasta noviembre del año en curso. Según el dato adelantado del INE, la inflación interanual en noviembre fue del 2,4%, seis décimas más que en octubre, debido al encarecimiento de la electricidad y los carburantes. Este dato se suma al resto de los meses para determinar la cifra final, que este año queda fijada en el 2,8%.
Este sistema, instaurado en 2021, ha permitido que las pensiones se revaloricen en años recientes con porcentajes significativos: 2,5% en 2022, 8,5% en 2023 y 3,8% en 2024. El objetivo es claro: evitar que los pensionistas pierdan poder adquisitivo frente al aumento de los precios.
Un coste millonario
La revalorización de las pensiones conlleva un importante esfuerzo económico para la Seguridad Social. Cada punto de incremento en la nómina de pensiones supone un gasto adicional de 2.000 millones de euros. Por lo tanto, el aumento del 2,8% para 2025 costará cerca de 6.000 millones de euros.
Este cálculo no incluye los mayores incrementos que puedan aplicarse a las pensiones mínimas y no contributivas, lo que podría elevar la cifra total. En 2024, la revalorización general de las pensiones costó 7.300 millones de euros, cifra que superó los 8.000 millones al incluirse el aumento diferencial de las mínimas.
Pensiones máximas y bases de cotización
La pensión máxima, que en 2024 es de 3.174 euros al mes, subirá hasta unos 3.300 euros en 2025, en línea con el IPC y con el incremento adicional del 0,115% que estipula la última reforma de pensiones. Esto supone un aumento de más de 1.100 euros al año.
Además, la base máxima de cotización, actualmente en 4.720,5 euros al mes, se elevará hasta cerca de 5.000 euros mensuales. Este aumento está diseñado para mejorar los ingresos del sistema y financiar las reformas en curso.
Reformas y ajustes en el horizonte
En 2025, seguirán implementándose las reformas aprobadas en los últimos años. Entre las más destacadas está el aumento progresivo de la edad legal de jubilación, que quedará fijada en 66 años y 8 meses para quienes hayan cotizado menos de 38 años y 3 meses. Quienes superen ese periodo podrán retirarse a los 65 años.
El próximo año también marcará un nuevo ajuste en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que aumenta las cotizaciones sociales en un 0,1% anual. Este mecanismo, que busca garantizar la sostenibilidad del sistema, pasará del 0,7% actual al 0,8% en 2025.
Otro cambio importante será la introducción de la "cuota de solidaridad", que se aplicará a los salarios que superen la base máxima de cotización. Esta medida no generará derechos adicionales de pensión, pero contribuirá a aumentar los ingresos de la Seguridad Social.
Impacto de la inflación en noviembre
El incremento del IPC en noviembre, hasta el 2,4%, se explica principalmente por el encarecimiento de la electricidad y los carburantes. Este dato pone fin a una tendencia de moderación inflacionaria que había llevado la tasa al 1,5% en septiembre.
La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos frescos, se mantiene en el 2,4%. Esto sugiere que las presiones inflacionarias persisten en sectores clave, aunque de forma moderada.
El desafío de la sostenibilidad
La revalorización de las pensiones con el IPC garantiza el poder adquisitivo de los pensionistas, pero plantea un desafío para la sostenibilidad del sistema. Con una población cada vez más envejecida y un mercado laboral que no siempre genera suficientes cotizaciones, la presión sobre las arcas públicas sigue creciendo.
En este contexto, las reformas recientes han buscado aumentar los ingresos del sistema, mediante el destope de las bases de cotización y la introducción de nuevas figuras como el MEI. Sin embargo, estas medidas deberán complementarse con estrategias a largo plazo para garantizar la viabilidad del sistema.
Beneficios y retos
La subida del 2,8% en las pensiones para 2025 representa un alivio para millones de pensionistas, especialmente en un contexto económico marcado por la incertidumbre. Sin embargo, el coste de esta medida subraya la necesidad de abordar de manera integral el equilibrio entre los derechos de los pensionistas y la sostenibilidad financiera del sistema público de pensiones.
Mientras tanto, el debate sobre el futuro del sistema sigue abierto, con la mirada puesta en cómo responder a los desafíos de una sociedad que envejece rápidamente.