Sánchez lanza una consulta pública sobre la opa del BBVA al Sabadell

El presidente del Gobierno asegura que la decisión dependerá del interés general, mientras surgen críticas sobre los impactos laborales y territoriales de la operación

05 de Mayo de 2025
Actualizado a las 11:55h
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Sánchez lanza una consulta pública sobre la opa del BBVA al Sabadell: ¿es la fusión realmente beneficiosa para España?
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la 40ª Reunión Anual del Cercle d’Economia.

En medio de un evento empresarial clave, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado una sorprendente medida que ha captado la atención tanto de los empresarios como de los sindicatos: una consulta pública sobre la opa del BBVA al Banco Sabadell. La decisión, que no estaba prevista en el proceso habitual, busca dar a ciudadanos, empresas y asociaciones la oportunidad de expresar sus opiniones sobre los efectos de una posible fusión entre estos dos grandes bancos españoles.

El Gobierno mantiene la prudencia

La consulta se abre tras el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que dio luz verde a la operación del BBVA, que crearía el segundo mayor banco del país. Sin embargo, la intervención del Gobierno no ha pasado desapercibida. En un acto que ha tenido lugar en el Palau de Congressos de Catalunya, en Barcelona, Sánchez dejó claro que su Ejecutivo actuará con prudencia y escuchará todas las voces antes de tomar una decisión definitiva.

El anuncio de la consulta pública sorprendió tanto a los directivos de ambos bancos implicados, Carlos Torres, presidente del BBVA, y Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, quienes estuvieron presentes en el evento. Aunque la ley no exige este tipo de consulta para una operación de este tipo, el presidente justificó la medida como una forma de garantizar que la decisión se tome "con todas las garantías", dando voz a la ciudadanía y las organizaciones que se verían afectadas.

La preocupación por el empleo

La opa del BBVA al Sabadell ha levantado controversia desde el principio. La posible desaparición de una de las principales entidades financieras catalanas no solo ha causado preocupación en el ámbito económico, sino también en el social y territorial. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue una de las primeras en alzar la voz contra la operación, señalando los posibles efectos negativos en términos de despidos y el impacto en el tejido económico y social de Cataluña. Se estima que la operación podría generar hasta 5.000 despidos, lo que ha generado alarma entre los sindicatos y grupos sociales.

Por su parte, el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, instó al Gobierno a paralizar la opa, aduciendo que la fusión podría suponer la pérdida de hasta 70.000 millones de euros en créditos destinados al tejido productivo español. Asegura que esta operación podría afectar gravemente a la competencia en el sector bancario, reduciendo las posibilidades de acceso al crédito para pequeñas y medianas empresas en toda España.

El anuncio de la consulta pública es un paso que marca un giro en la política económica del Gobierno de Sánchez, un gobierno que ha tenido que lidiar con los efectos de la crisis económica global y los desafíos derivados de la pandemia. La fusión de bancos, como ha destacado Sánchez, es un asunto delicado que debe abordar con responsabilidad, ya que tiene implicaciones tanto para la competitividad del sector bancario como para el empleo y la cohesión territorial.

La importancia de la cohesión social y territorial

El presidente recordó durante su intervención que la intención del Ejecutivo es apoyar el crecimiento de las empresas y aumentar su competitividad, pero siempre bajo la premisa de que las decisiones deben beneficiar al "interés general". "No vamos a tomar decisiones a favor de ninguna agenda particular", subrayó Sánchez, destacando que la consulta tiene como objetivo asegurar que todos los sectores implicados puedan expresar su opinión sobre una operación de tan gran envergadura.

Además, Sánchez quiso destacar que la operación debe tener en cuenta la "cohesión social y territorial", un aspecto que ha sido señalado como crucial para evitar que el proceso de fusión de dos grandes bancos termine por perjudicar a las comunidades donde estas entidades tienen una presencia significativa. En este sentido, el presidente también hizo un llamado a los actores económicos a reflexionar sobre el impacto de la fusión en la economía local, particularmente en Cataluña, donde el Sabadell tiene una fuerte influencia.

La fusión: un reto para los sindicatos y el Gobierno

Uno de los aspectos más sensibles de la posible fusión es, sin duda, el impacto en el empleo. Los sindicatos han mostrado su preocupación por los miles de puestos de trabajo que podrían verse afectados si la operación avanza. La posible desaparición de una entidad bancaria como el Sabadell podría dejar a miles de trabajadores sin empleo, lo que generaría una crisis laboral en un sector ya de por sí muy competitivo.

La cuestión territorial también es relevante, ya que la fusión podría consolidar aún más el poder de las grandes entidades bancarias en el centro del país, en detrimento de otras zonas. Este ha sido uno de los puntos más criticados por los representantes empresariales de Cataluña, que temen que una fusión entre BBVA y Sabadell pueda generar un vacío en la financiación a pequeñas y medianas empresas, especialmente en la región catalana.

El futuro está en juego

La opa del BBVA al Sabadell no solo es una cuestión económica, sino también un reflejo de la transformación que está viviendo el sector bancario. La digitalización, la creciente competencia internacional y los cambios regulatorios están presionando a los bancos tradicionales a buscar nuevas estrategias de consolidación para mantenerse a flote.

La consulta pública anunciada por Pedro Sánchez, aunque una medida poco convencional, podría servir para frenar las tensiones que ya han comenzado a generar la opa entre los diferentes actores implicados. No obstante, lo que está claro es que la operación marcará un antes y un después en la estructura del sistema bancario español, y el Gobierno se prepara para tomar una decisión que podría tener repercusiones mucho más allá del ámbito financiero.

De momento, la consulta pública sigue siendo una incógnita. ¿Logrará el Gobierno encontrar un equilibrio entre los intereses de los grandes bancos y las necesidades de los ciudadanos y las empresas? El tiempo dirá si esta medida contribuye a un proceso más transparente y democrático o si, por el contrario, se convierte en una maniobra para ganar tiempo ante una operación que sigue suscitando muchas dudas.

 

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