La UCO y la Agencia Tributaria destapan una nueva red de fraude en hidrocarburos: 133 millones y seis detenidos

Una operación conjunta desarticula un entramado de evasión fiscal que afecta a Sevilla y Madrid, poniendo de nuevo en el punto de mira la corrupción en el sector energético

16 de Octubre de 2024
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La UCO y la Agencia Tributaria destapan una nueva red de fraude en hidrocarburos 133 millones y seis detenidos
La UCO y la Agencia Tributaria destapan una nueva red de fraude en hidrocarburos: 133 millones y seis detenidos

La Agencia Tributaria y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han llevado a cabo una operación que ha vuelto a poner de manifiesto la complejidad y magnitud del fraude en el sector de los hidrocarburos en España. El reciente desmantelamiento de una red criminal, acusada de defraudar 133 millones de euros en los ejercicios de 2020 y 2021, revela no solo la sofisticación con la que operan estas organizaciones, sino también la necesidad urgente de una mayor supervisión y control en un sector estratégico para la economía del país.

Un golpe certero contra el fraude fiscal

La operación, coordinada por el Juzgado Central de Instrucción número tres de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción, ha resultado en la detención de seis personas, cuatro de ellas en Madrid y dos en Sevilla. Esta acción se enmarca en un esfuerzo continuo por parte de las autoridades para erradicar la evasión fiscal y el blanqueo de capitales en la industria de los hidrocarburos.

Fuentes cercanas a la investigación señalan que todos los detenidos son de nacionalidad española y que la operación actual es independiente de la que se llevó a cabo recientemente y que involucró a Víctor de Aldama, vinculado al polémico 'caso Koldo'. En esta ocasión, la investigación se ha centrado en una organización criminal que, a través de un entramado empresarial, conseguía eludir el pago de impuestos, principalmente del IVA, en las transacciones de hidrocarburos.

Un entramado empresarial complejo

La trama desarticulada por la UCO y la Agencia Tributaria se caracterizaba por la creación de una red de empresas instrumentales, cuyo objetivo principal era desviar la responsabilidad del pago de impuestos a sociedades ficticias, que se usaban para registrar las operaciones y evitar así el pago de tributos. Este tipo de estrategia permite que los responsables principales queden en la sombra, mientras que las empresas pantallas asumen formalmente las obligaciones fiscales que nunca se cumplen.

Estas empresas transferían los beneficios obtenidos de manera fraudulenta a cuentas bancarias en países terceros, lo que dificultaba el seguimiento del dinero y permitía el blanqueo de capitales en el extranjero. Este método ha sido utilizado repetidamente en esquemas similares, lo que subraya la necesidad de una mayor cooperación internacional y de regulaciones más estrictas para prevenir estas prácticas.

Una operación minuciosa

La operación, que incluyó entradas y registros en sedes sociales de empresas ubicadas en Madrid y en Sevilla, ha sido llevada a cabo por funcionarios de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) y agentes de la UCO. Este tipo de acciones requieren una coordinación precisa y una investigación previa detallada para garantizar que las pruebas recogidas sean suficientes para proceder legalmente contra los responsables.

En declaraciones oficiales, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria han resaltado la importancia de esta intervención en el contexto de la lucha contra el fraude en el sector de los hidrocarburos, un área que consideran estratégica por su impacto en la economía nacional y su vinculación con otras actividades ilícitas como el blanqueo de capitales y la corrupción.

Un sector bajo la lupa

Este no es un caso aislado. En las últimas semanas, las autoridades han intensificado sus esfuerzos para desmantelar tramas de fraude fiscal en el sector de los hidrocarburos. La operación actual se produce apenas días después de que se destapara otra red que había defraudado 180 millones de euros, en la cual se encontraba implicado Víctor de Aldama, relacionado también con el 'caso Koldo'. La repetición de estos esquemas muestra que el sector sigue siendo vulnerable a la corrupción y al fraude fiscal, lo que plantea serias preguntas sobre la efectividad de las medidas de control y regulación actuales.

La industria de los hidrocarburos, por su naturaleza y complejidad, se presta a este tipo de fraudes. Las transacciones transfronterizas y la gran cantidad de intermediarios que participan en la cadena de suministro dificultan el seguimiento del dinero y permiten que las organizaciones criminales exploten las lagunas legales y los puntos débiles en la supervisión fiscal. Además, el hecho de que estas redes estén vinculadas a figuras empresariales de relevancia y, en ocasiones, a políticos, complica aún más la lucha contra el fraude en este sector.

¿Cómo evitar que se repita?

Las autoridades han hecho un llamamiento para mejorar las políticas de prevención y control en la industria de los hidrocarburos. Los expertos coinciden en que es crucial reforzar la cooperación internacional para rastrear los flujos de dinero que salen del país y terminan en cuentas offshore. Asimismo, se subraya la importancia de implementar tecnologías avanzadas que permitan un seguimiento más preciso de las transacciones y la actividad empresarial en el sector.

A nivel legislativo, se propone una revisión de las normativas actuales para garantizar que las empresas que operan en la industria cumplan con los requisitos fiscales de manera transparente. Es fundamental que se implementen controles más estrictos para evitar la proliferación de empresas pantallas que solo buscan eludir sus responsabilidades fiscales.

El papel de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción

La intervención de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción en esta operación es una muestra clara de la voluntad del sistema judicial español para enfrentar el problema del fraude fiscal en el sector energético. Estas instituciones han tomado un papel activo en la desarticulación de redes criminales y en la búsqueda de responsabilidades más allá de los intermediarios, apuntando directamente a los líderes empresariales que están detrás de estas operaciones.

Es vital que estas investigaciones continúen y que las penas impuestas sean lo suficientemente disuasorias como para evitar que otros intenten replicar estos esquemas fraudulentos. La magnitud del fraude en este caso, 133 millones de euros, es un recordatorio de la gravedad de la situación y de la necesidad urgente de tomar medidas contundentes.

Un mensaje claro para el sector

La desarticulación de esta red es un golpe significativo para el fraude fiscal en el sector de los hidrocarburos, pero también es un aviso para otras organizaciones que puedan estar involucradas en actividades similares. La UCO y la Agencia Tributaria han demostrado que cuentan con los recursos y la determinación para enfrentarse a estos delitos, independientemente de la influencia o el poder de los implicados.

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