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El PP prefiere a ETA en la calle que a Bildu en el Parlamento

Campaña política y mediática contra Sánchez por sus negociaciones con la izquierda abertzale

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análisis

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La caverna mediática ha puesto sus rotativas a toda máquina con un solo eslogan o consigna: Pedro Sánchez está blanqueando a Bildu. Da igual la emisora de radio que se sintonice, el periódico que se ojee o el panfleto digital que se consulte en internet. El mantra de la derecha española ha dado un paso más y ya se retrata al presidente del Gobierno en funciones como un peligroso terrorista con txapela, encapuchado y sosteniendo el hacha con la serpiente tallada en los años setenta por un anarquista guipuzcoano. El Mundo incluso llega a publicar a toda página la supuesta orden manuscrita, de su puño y letra, que Otegi dio a un etarra en 1983 para que se ejecutara un secuestro: “El tío estará en el capó, metido en un saco, esposado”. No deja de ser cuando menos curioso que los archivos secretos de Policía y Guardia Civil salgan a la luz precisamente ahora que las negociaciones para formar Gobierno están en su punto más caliente y sensible, con posibilidades de que pueda reeditarse un Ejecutivo de coalición progresista.

Ya no cabe ninguna duda. Existe una ofensiva de la derecha política y periodística de este país para crear la ficción de que hemos retornado a los años del plomo. Esta vez el montaje consiste en tratar de devolvernos a los tiempos del GAL, cuando el Gobierno socialista degeneraba en múltiples casos de corrupción y se enfangaba en crímenes, torturas y abusos con los fondos reservados. El juez Garzón ponía los sumarios, Pedrojota los titulares matutinos y Aznar las mociones de censura y las diatribas parlamentarias (aquello de “váase seor González”). La maniobra resulta tan tosca como fácil y eficaz: sustituir el personaje de Felipe por el de Sánchez para hacer pasar a este por un señor siniestro y corrupto que se salta el Estado de derecho y que anda por ahí, por las herriko tabernas, sentándose a tomar chacolís con los pistoleros y a conspirar con ellos. Feijóo y sus altavoces mediáticos están convencidos de que, logrando esa burda identificación, esa grosera analogía de épocas y actores, la opinión pública terminará tragándose el camelo y repudiando el ricino de los pactos de investidura con el independentismo vasco y catalán. Así, el premier socialista caerá como una manzana madura y no le quedará otra salida que volver a convocar elecciones. Ya han empezado a circular los viejos dosieres policiales que criaban telarañas en los cuarteles de la Benemérita.

En ese plan ciertamente distópico, en ese intento desesperado del PP por crear un escenario de cartón piedra para que el español tema que hemos retrocedido treinta años en el tiempo hasta los años de la descomposición del felipismo, Isabel Díaz Ayuso juega un rol determinante y crucial. En las últimas horas, desde Nueva York, la lideresa castiza ha arremetido contra las negociaciones de Sánchez con Bildu porque “dañan la imagen de España”. “Para el Gobierno, Otegi es un hombre de paz, y para ETA, Otegi es uno de los suyos”, sentenció la presidenta madrileña, a la que le escandaliza mucho que los presos etarras vayan al médico sin que les pongan las esposas. Por supuesto, ni una palabra de cuando Aznar acercaba reclusos a cárceles vascas y calificaba a la banda terrorista como Movimiento Vasco de Liberación. El amigo de Bush jamás cerró la puerta a una negociación con ETA para el final de la violencia e incluso llegó a hablar de “generosidad” del Estado español con quienes decidieran abandonar la lucha armada. “Si los únicos que han sido inflexibles, inmovilistas e irracionales tomasen la decisión de dejar de serlo, de dejar la violencia, yo sabría ser generoso”, afirmaba en marzo de 1998.

Hoy ETA está definitivamente derrotada (fue vencida hace más de una década gracias a las políticas audaces de Zapatero y al sacrificio de la ciudadanía), pero el Partido Popular continúa en guerra. Los populares son todos como aquel soldado japonés que siguió luchando contra los norteamericanos, en una isla perdida del Pacífico, pese a que la Segunda Guerra Mundial hacía años que había terminado. Por fortuna hoy los vascos llevan una convivencia pacífica y disfrutan de la tranquilidad de poder salir a la calle sin miedo al tiro en la nuca o a que les explote un coche bomba. Los herederos de ETA abandonaron el terrorismo. Unos siguen cumpliendo penas en cárceles españolas, otros se fueron a sus casas y los que quisieron decidieron hacer política por vías pacíficas. Estamos en el escenario que la sociedad española, traumatizada desde la Transición por el zarpazo sangriento del terrorismo, soñó durante lustros. Bildu ejerce la política en los ayuntamientos vascos, en las diputaciones forales y en la Cortes Generales. Jamás podremos borrar de nuestra memoria todo el daño que nos causaron, todo el terror que nos infundieron, todo el fascismo violento que trataron de imponernos. Pero afortunadamente eso ya es historia. La democracia ha pasado su página más negra, por mucho que algunos quieran leer ese libro al revés para volver al prólogo. Felicitémonos pues por habernos librado de la maldición, por el final de los atentados y porque los encapuchados hayan cambiado la Nueve Parabellum por el voto en el escaño. No se trata de blanquearlos, ni de olvidar sus horribles crímenes (más de 850 asesinatos, 2.600 heridos y mutilados, 90 secuestrados), ni de borrar la memoria histórica de lo que ocurrió. Se trata de que es mejor que participen del juego democrático antes que del juego de la muerte. ¿No querían que los etarras se integraran? Pues ya están integrados con todas las de la ley. Si lo que pretende el PP es que estén en el Congreso mudos, calladitos y sin molestar, ya le decimos nosotros que eso va a ser imposible. Aunque los populares nunca hablen de ello, cada día dialogan y pactan leyes con Bildu en el Parlamento autonómico y en decenas de ayuntamientos. Cuando Núñez Feijóo le dice a Sánchez que esa foto con los aberztales “le va a perseguir toda su vida” da la sensación de que al dirigente popular le gustaría que toda esta gente volviese a la dialéctica de las pistolas y las barricadas. Haga caso a las víctimas hartas ya de ser manipuladas políticamente, señor jefe de la oposición. Pase página de una vez por el bien de todos.

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3 COMENTARIOS

  1. Es más razonable entenderse, respetar a los partidos , elegidos dentro de la constitución…Sr. Feijoo es preferible » blanquear» a los diputados…que no el dinero de los narcotráfico… ¡Qué mata!

  2. Mencionar al pp es como mencionar la mier.. partido corrupto sin precedentes en la historia contemporánea en Europa, m refiero a sus dirigentes. Los votantes son otra historia a quienes yo no puedo juzgar. Pero el pp, lo unico q sabe hacer es dar x saco. Para eso y para corrupcion son unicos, miseros e indeseables. Quiza en otros paises algo mas democráticos y criticos, el pp seria ilegal.

  3. para pp los votantes de bildu son todos terrorista y sus diregentes los que mas pero como dice mi tocayo luis un partido el pp tenia que estar ilegalizado por corrupcion y no una vez ya van 3 o 4 veces en fin luis maria dolores un saludo

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