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El socialismo de los sargentos chusqueros

03 de Marzo de 2017
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Josep-Borrell
“Si esto fuera un golpe de Estado estaría organizado por un sargento chusquero”, afirmó el ex ministro socialista y ex presidente de Parlamento Europeo, Josep Borrell, refiriéndose alcoup de force del 1 de octubre en Ferraz propiciado por algunos responsables territoriales del PSOE. Después de cinco meses de gobierno antiestatutario de la gestora sus logros son evidentes e incuestionables:1.- La recuperación de la iniciativa política por parte de Rajoy que estaba amortizado y en cuestión por su primer mandato antisocial, dañino para las mayorías sociales y al servicio exclusivo del poder financiero desde la máxima responsabilidad de un partido calificado como “organización criminal” por algunos jueces.2.- La consolidación del relato de la derecha, reorientando la posición del PSOE al margen de la ideología y los valores que deberían constituirlo, negándole paradójicamente su condición de organización de izquierdas, dejando al socialismo en la más absoluta oquedad política, social y filosófica al acogerse a la cosmovisión conservadora, rancia y retardataria, como elemento definitorio de la realidad.3.- La eclosión del malestar de un amplio sector de las bases del partido y de votantes malquistos con la reorientación del partido Socialista y en la que no reconocen ni su ideología ni sus intereses.4.- La percepción generalizada de que lo que verdaderamente estorba en la orientación dada por la gestora al PSOE es el mismo socialismo.5.- La pérdida de sujeto histórico, ideología y, por tanto, posición y función en la sociedad.Y toda esta atrabiliaria aventura autodestructiva ¿para qué? ¿Para que el candidato del propio PSOE y anterior secretario general no llegara a la Moncloa mediante un pacto de izquierdas? ¿Para poner toda la operatividad orgánica al servicio de la agipro fantasmagórica, bien vista y apoyada por las capilaridades fácticas y mediáticas del poder financiero, que quiere presentar a la titubeante baronía del sur como mesiánica salvadora de un Partido Socialista metido en el atolladero que ella, en compañía de otros, ha propiciado? Como dijo Jean Cocteau, en última instancia todo tiene arreglo, menos la dificultad de ser, que no lo tiene. Singularmente cuando se pone a una organización centenaria en un brete de inautenticidad para colmar unos objetivos inconfesables y que deja como dialéctica simples excusas sin decoro.
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