Por si no había suficiente, Juan Rubiales, tío paterno del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, intervino anoche en una entrevista con Juanma Castaño en la COPE, durante la que no se anduvo con paños calientes.
Rubiales afirmó que no se habla con su sobrino, ni con su hermano, «porque decidió dejar de hablar conmigo después de que me cesaran. Son once hermanos y no me llamó ni a mi ni a mi madre. Me mandó un correo a las once de la noche cesándome de mi puesto».
Respecto al resto de los Rubiales, señaló que están «posicionados con la defensa de Jenni porque es una víctima, no entendemos el comportamiento inaceptable del presidente de la Federación. Es un acto impropio. ¿Te imaginas a Florentino, Miguel Ángel Gil diciéndole a una jugadora ¿un piquito??… es su forma de actuar».
Preguntado acerca de si su sobrino, Luis Rubiales, estaba detrás de la huelga que Ángeles Béjar inició el lunes y que abandonó ayer por un empeoramiento de su estado de salud, dijo que «no creo que esté detrás de la huelga de hambre de su madre. Ella es muy impulsiva y se ha lanzado a eso viendo la situación de su hijo. Lo hace desde su posición emocional de madre».
«Es muy engreído, no tiene capacidad de diálogo»
Rubiales calificó a su sobrino de «machista por formación y cultura. Agresivo no lo he visto nunca», para añadir que no le ha sorprendido cómo ha acabado. «Me ha sorprendido la parte berlanguiana, el discurso… pero no me sorprende que haya caído porque iba a caer…es muy engreído, cree que en todo hay que guerrear y acabar con el contrario, no tiene capacidad de diálogo».
«Daba puñetazos encima de la mesa»
Entre las perlas que fue deslizando el tío de Rubiales, la relación con María José Rienda. «Tenía una actitud muy agresiva, daba puñetazos en la mesa… y también con Irene Lozano, que le llegó a echar del despacho y le dijo que no le obligara a llamar a los servicios de seguridad».
Sobre la posibilidad de que Luis Rubiales pueda disponer de material comprometido para involucrar a terceras personas, comentó: «Creo que no, ¿qué va tener?. No creo que los ministros o presidentes digan algo por whatsaap».
Obsesión con el lujo y el dinero
Según Juan Rubiales, su sobrino «está obsesionado con el lujo y el dinero. A pesar de haber sido vapuleado, creo que la sociedad española ha sido ejemplar y que debe ser generosa con él, necesita una reeducación en su relación con las mujeres. A estas horas sigue sin entender que tuvo un comportamiento machista. Cree que la mujer es un objeto».
No me llames Luis, llámame presidente
Cuando Juan Rubiales llegó al cargo como jefe de Gabinete de Luis Rubiales confiesa que su sobrino le dijo que «ya no le podía llamar Luis, que le tenía que llamar Presidente. Instauró la idea de que todos le tenían que llamar Presidente. Vi que los pies le empezaban a levitar de la tierra. Le empezaban a llamar Kennedy y los presidentes Territoriales, «Sin freno».
La Supercopa en Arabia y Piqué
La gesta de la Supercopa en Arabia fue otra de las cuestiones puestas sobre la mesa.
«Estaba en mi despacho y nos dice que se iba a Londres a una reunión secreta que no podía contar. Nos dice que se va con el director de marketing y con Piqué. Vuelve al día siguiente y dice que han firmado un preacuerdo con Arabia Saudí. Él no tiene una formación internacional y le avisamos cómo podía hacer eso con un país así. Luego llega una oferta de Catar de 33 millones pero dice que si aceptan esa, Piqué no gana la comisión de intermediación y se usa esa oferta para presionar a los árabes; y suben a 40 y se firma con ellos con un cambalache de 10 millones con cursos. En ese contrato se decía que si no se pagaba la comisión a Piqué, la RFEF podía suspender la competición».
Sueldo y comisión
Prosigue Juan Rubiales contando que «cuando llega, se pone un sueldo y una comisión. Le dije que la comisión no me parecía bien. Fue al director financiero y le reclamó su porcentaje, y le explicó que no le podía pagar sobre los 40 millones porque su condición era por la parte patrocinada, no de todo; que sería sobre 20 millones. Él enfureció y acabó prescindiendo de él. No quiere gente que le diga que no».
La final de la Libertadores
La FIFA y la UEFA «nos la piden y los trabajadores de la Federación la montan en cinco días. Venían Infantino, Ceferin y Pedro Sánchez. Luis quería estar en el centro del palco; le decimos que no puede ser por protocolo y que sino, no iba; y no fue. Tiene una enorme soberbia, esa actitud le ha hecho perder. Su gran enemigo es él mismo y le ha faltado cordura y modestia y humildad. Está enmierdando el patio y a todos».
Espionaje a Daganzo
Juan Rubiales reconoció que hubo espionaje a Daganzo. «Sí, lo encargó el presidente. Se lo querían cargar. Quería ver con quién se reunía Aganzo y si le hacían una foto con el presidente de LaLiga para descalificarle. Se hizo un pago a través de una empresa inmobiliaria con un despacho de abogados. Sabiendo que era un acto irregular, no querían dejar huella».
El despido del tío
Rubiales afirmó que su despido fue declarado procedente. «Yo tenía cuatro testigos para el juicio sobre mi despido y el día anterior les dije que no vinieran. La gente le tenía miedo. Pensaban que si eso lo había hecho con su tío, que no haría con el resto. Una vez echó a 30″.
Un sueldo para el padre
«Me cesó el 20 de agosto y el 18 me llamó y me dijo que a su padre le tenía que llegar dinero, que mensualmente le llegara un sueldo a su padre de parte de la Federación. Me dijo ‘vete de mi despacho, no te quiero volver a ver’. Y no le volví a ver».
La amistad con Pedro Sánchez
Según Juan Rubiales, «antes de que llegara a Moncloa, Luis ya tenía contacto con él, se enviaban mensajes, le apoyaba cuando dejó de ser secretario general…le dijo que él era socialista y que a su abuelo le habían fusilado en la Guerra Civil, pero es mentira, murió en la cama. Hablaron de que Tebas era de derechas. Empiezan a diseñar cómo va a ser el Mundial y ahí se estrecha más la relación, hasta que ha pasado esto. A Villar, estando en la cárcel, se le suspendió. A Rubiales, estando los temas judicializados, no se le suspendió», concluyó.
