En agosto también debemos cuidar nuestra salud, que podría verse alterada fácilmente por nuevos horarios y otra alimentación. Como aconseja el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN): "Aparte, en verano, el Sol, el baño, la actividad física, el calor, o la alimentación pueden producir problemas de salud y es mejor prevenirlos". En este sentido, el jefe Medicina Interna del Hospital de San Rafael de Madrid, Juan Luis Rodríguez Calderón, recuerda que los principales problemas que surgen en agosto dependen del aumento de las temperaturas y de la exposición excesiva al sol, que no se produce en otras épocas, así como de la práctica deportiva, y de los baños.Apunta, además, el experto que el aumento del calor conlleva 3 problemas de riesgo: la deshidratación por falta de suficiente líquido, la descompensación de las enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, o el golpe de calor causado por la exposición excesiva al sol, o por ejemplo por una exposición intensa en horas centrales del día.Así pues, el doctor Rodríguez Calderón asegura que la exposición al sol conlleva el peligro de quemaduras en la piel que, de manera prolongada y durante muchos días, podría dar lugar en el futuro a la aparición de tumores malignos o melanomas. "La incidencia ha aumentado muchísimo", indica el experto. Por ello aconseja cuidar especialmente la hidratación, no exponerse al sol en las horas centrales del día, elegir la sombra, llevar ropa ligera y protegerse la cabeza con sombrero.También pone el foco en la salud de ancianos y niños. "Los niños tienen un centro de termorregulación sin formar, y en los ancianos, éste centro ya comienza a degenerar, de forma que las medidas que de forma natural pone el cuerpo para contraatacar no son lo suficientemente eficaces contra estos síntomas", asegura. Y puntualiza que a los ancianos hay que darles de beber, porque ellos solos no beben ya que su tolerancia a la sed es menor. "Entonces es muy importante la hidratación en todas las personas en el verano, pero especialmente en niños y ancianos, así como en personas con enfermedades crónicas", insiste.Y sobre los tan temidos cortes de digestión, el doctor aclara que "no es que no te puedas bañar después de comer, pero sí hay que evitar el choque de calor, que se produce cuando las personas se exponen a altas temperaturas y nos metemos de golpe en un agua que va a estar mucho más fría que el ambiente externo". Esto causa cambios en la circulación de la sangre y que ésta se distribuya por el cuerpo y vaya a la piel, que es lo que necesita más sangre para contrarrestar ese cambio de temperatura, mientras que la digestión se detiene porque la sangre concentrada se va de ahí a la piel.También esos cortes de digestión podrían dejar al cerebro sin la suficiente cantidad de sangre y causar una lipotimia o síndrome vasovagal. "Éste es el peligro, que el corte digestión no vaya más allá de náuseas, o de vómitos. Hay que tener cuidado porque la lipotimia es peligrosa y sobre todo dentro del agua. Una pérdida de conocimiento puede conllevar que alguien se ahogue, por lo que siempre hay que bañarse de forma paulatina y procurando que el cambio temperatura en el cuerpo sea muy progresivo", alerta.Luego está la práctica exagerada del ejercicio físico en agosto. Según el doctor, "en estas fechas hay muchas personas que aumentan de forma anormal el ejercicio que hacen, cuando durante el curso son más sedentarios. Esto conlleva un riesgo de lesiones musculares y articulares, que si hacemos ejercicio de forma paulatina, será siempre beneficioso. Muy importante es no hacerlo a horas centrales del día y saber siempre que aunque no tengamos sed hay que beber agua en cuanto empecemos a hacer ejercicio, no hay que esperar a tener sed".Finalmente, el jefe de Medicina Interna del Hospital de San Rafael de Madrid aconseja no abusar del alcohol en agosto, porque el alcohol produce deshidratación en sí mismo y aún más en condiciones de exceso de calor.
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