Desde que hace unosmeses apareció en nuestras vidas el coronavirus han sido muchas las costumbresque hemos tenido que modificar y quizás una de las cosas que más ha cambiado esnuestra forma de relacionarnos. Muchos de estos estos cambios han llegado paraquedarse y todo esto ha hecho que ahora hablemos incluso de una “nuevanormalidad”.
Durante variassemanas hemos llegado a estar confinados en casa, aislados del exterior todo loposible como única vía para contener al virus y ahora que nos encontramos en plenadesescalada, todavía los epidemiólogos nos insisten en que hay que limitar elcontacto físico y guardar una distancia de 2 metros con los demás, para ayudara prevenir la enfermedad y sus temidos rebrotes.
Para muchos, lo másduro desde que convivimos con el virus ha sido precisamente no poder abrazar ybesar a sus seres queridos. Los humanos, por naturaleza, somos criaturastáctiles y son varios los estudios que apuntan que nuestro bienestar emocionaldepende en gran medida de gestos cotidianos tan sencillos como tocar, dar unabrazo o una caricia.
A nivel científico,la explicación la encontramos en la oxitocina, una hormona que se activafundamentalmente a través del contacto físico (típicamente con un abrazo o un beso).
Esta hormona,conocida también como la “hormona del amor”sabemos que, a nivel físico, fortalece el sistema inmunológico, da energíaal corazón para seguir bombeando, mejora la presión arterial e incluso rejuveneceel cuerpo y, a nivel psicológico, reduce el estrés (porque hace que bajeel cortisol), hace que aumente la confianza en uno mismo, mejora elestado de ánimo (minimizando sentimientos de enfado y apatía) y reduceel riesgo de padecer demencia. No es extraño entonces querelacionemos la oxitocina con la felicidad.
Ahora entendemosmejor, lo duro que ha resultado lo vivido los últimos meses para aquellaspersonas que se han confinado solas, para los abuelos y abuelas, para todos losenfermos y enfermas que pasaban sin estas muestras de cariño muchos días, parael personal sanitario que al volver a su casa no podía recibir un abrazo de supareja o dar un beso a sus hijos y general para todos, para todos aquellos alos que nos reconforta una muestra física de cariño en un determinado momento.
Llegado este punto,mi recomendación os va a resultar muy evidente: Con aquellos que podáis,abrazaros y besaros. Las muestras de cariño son la mejor medicina. Hayexperimentos que confirman que un abrazo sincero de 5 segundos estimula laproducción de oxitocina y uno de 20 segundos, la activa y equivale a un mes deterapia.
Pero, ¿esta esla única forma de activar la hormona del amor?
Afortunamente, no.También podemos aumentarla otras maneras:
- La oxitocina se produce de formanatural en el parto, aunque esto evidentemente no es cuestión de recomendarlo ycon las relaciones sexuales.
- También existen lo que conocemoscomo caricias emocionales, de las que nos habla Eric Berne en su teoríadel análisistransaccional. Este autor, define la caricia emocional comocualquier manifestación, verbal o no verbal, que implique darse cuenta de laexistencia de la otra persona.
Lascaricias emocionales son aquellas palabras y aquellos gestos que nos hacensentir bien y que suben nuestra autoestima. Un simple “te quiero”, un “mealegro de verte” un “gracias por apoyarme” o una mirada de complicidad o unasonrisa amable.
- La generosidad. El hecho depensar en otra persona con ganas de ayudarla y con cariño, ayuda a liberaroxitocina. Por ejemplo, comportamientos altruistas o preparar animadamente unregalo para sorprender a un ser querido.
- Llorarcuando lo necesitamos. A veces tendemos a reprimir el llanto y, sin embargo, esun gran desahogo emocional. Nos ayuda a regular nuestras emociones y a aumentarla oxitocina.
- El ejercicio físico siemprees también un aliado. Caminar, correr, montar en bicicleta… cada uno eligiendoel deporte que mas se adecue a sus circunstancias.
- Técnicas de relajación (respiraciones profundas, yoga, aromaterapia, mindfulness… la que másle guste y funcione en cada uno).
El afecto y el amorrealmente no necesitan un contacto físico para demostrarse o sentirlo. Siempreque se pueda, aprovechémonos del poder de los besos y los abrazos y siempre,seamos generosos con el cariño y el respeto que mostramos por todas y cada unade las personas de nuestro entorno.
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