Emociones escondidas

30 de Julio de 2020
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tristeza y furia

Jorge Bucay escribió un bonito cuentopara ayudarnos a entender cómo vivimos algunas de nuestras emociones. Enconcreto, nos habla dos de las emociones básicas: la tristeza y el enfado (o lafuria). Dice así:

En un reino encantadodonde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitaneternamente sin darse cuenta, había una vez un estanque maravilloso.

Era una laguna de aguacristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todaslas tonalidades del verde se reflejaban permanentemente.

Hasta ese estanque mágico y transparente seacercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia. Lasdos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.

La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida sin saber por qué,se bañó rápidamente y más rápidamente aún salió del agua… . Pero la furiaes ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuday apurada, se puso al salir, la primera ropa que encontró… .

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza… . Y asívestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugardonde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sinconciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió delestanque. En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar aldesnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa dela furia.

Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia,ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien,encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás deldisfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.

«Cuentos para pensar” de Jorge Bucay

La reflexión de este cuento es muyclara. Podemos llevar una gran coraza que nos ayude a ocultar la emociónfundamental que anida en nuestro interior, pero eso no hace que desaparezca.

Porque… ¿realmente esta coraza nos protege?¿Nuestro enfado con el mundo elimina la tristeza que nos provoca esas ganas dellorar? ¿Nos ayuda a avanzar esa tristeza que nos lleva a acomodarnos en unavida que no nos gusta?

El mundo de las emociones es tanapasionante como complejo y por esto es bueno empezar por el principio.

Vivimos en una sociedad en la que pareceque estamos obligados a ser felices o al menos debe parecerlo (un buen ejemplolo encontramos en las redes sociales). Pero esto choca de frente con larealidad porque en la vida hay momentos para todo.

Las emociones son aprendidas durante laniñez atendiendo a determinadas normas sociales y familiares y parte de eseaprendizaje es el de etiquetar algunas emociones como buenas (por ejemplo, laalegría o la sorpresa) y otras como malas (como podrían ser el enfado o latristeza). Hemos aprendido a censurar y reprimir las emociones ysentimientos negativos en vez de atender la información que nos dan o comogestionarlas adecuadamente.

Sin embargo, todas las emocionesson sanas, adaptativas y neutras.

Daniel Goleman, padre de la inteligenciaemocional, explicaba que el enfado, biológicamente hablando, es una de lasemociones más atrayentes porque da energía y empodera a la persona, frentea otras que pueden debilitarte. 

El enfado actúa a menudo como unaemoción secundaria, es decir, toma protagonismo para esconder otras que noaceptamos. Su misión es ocultar y reprimir lo que realmente sentimos. Unejemplo podría ser el de aquella persona que se presenta enfadada y manifiestade forma habitual su ira, escondiendo bajo esta coraza una profunda tristeza.

Al negar nuestra emoción y tratar deesconderla pasa al inconsciente y es ahí donde empieza a ejercer su influjo.

Pensemos que es más sencillo descargarla frustración sobre otra persona que asumir nuestra responsabilidad, así yaunque sea de forma temporal, se reduce el dolor interno. De este modo, elenfado puede también ser un gran disfraz de la tristeza.

Sin embargo, el enfado no la únicaemoción a la que le gustan los disfraces. También vemos como la tristeza amenudo se camufla en la ansiedad y el nerviosismo o incluso bajo una gransonrisa.

El enfado, como en el cuento de Bucay, puede vestirse de furia o la furia detristeza. Lo importante es aprender a quitarnos esa ropa. Este es unejercicio de liberación emocional.

El primer paso para poder eliminaraquello que nos está limitando en nuestra vida es reconocer la emoción real quehay debajo. Quitarnos el disfraz es el primer paso para restablecer un buenfuncionamiento y enfrentarnos a los conflictos de la vida de una formaconstructiva.

Escondidos tras una máscara no vamos aencontrar la solución a nuestros problemas ni vamos a eliminar nuestra emociónmás pura. Tratar de cambiar una emoción por otra,porque no nos gusta sentir lo que esa emoción conlleva, solo nos lleva a agravarnuestros problemas.

Quizás esta sea la primera lección sobre inteligencia emocionalque a todos nos deberían mostrar en la escuela. Las emociones son adaptativas yabsolutamente todas tiene cabida en nuestra vida. Esta en nuestra mano reconocerlaspara poder gestionarlas en nuestro beneficio.

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