Un estudio publicado en la revista The Lancet ha revelado datos muy trascendentes que influirán en él cuando y a quien hay que administrar una tercera dosis de la vacuna contra la
Covid-19. Los resultados demuestran que, medio año después de administrar la segunda dosis, los niveles de anticuerpos caen hasta ser similares a los que tienen las personas con una sola dosis de la vacuna o a los de quienes han superado la covid.
Menor protección a los mayores
En el estudio se han analizado las respuestas de anticuerpos y de células T en personas con dos dosis inoculadas de Pfizer seis meses después de completar su pauta. Los datos concluyen que la bajada de los anticuerpos en personas mayores de 80 años es aún más rápida. No solo en los anticuerpos sino también en las células T, claves en la respuesta del sistema inmunitario.
Factor temporal
La investigación, que ha sido llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Tartu, en Estonia, aporta datos respecto a las cuestiones más importantes a tener en cuenta de cara a la administración de la segunda dosis: el efecto que tiene la vacuna en el tiempo y cómo influye la edad en la bajada del nivel de anticuerpos en las personas vacunadas.
Tercera dosis
El estudio revela también una correlación entre los efectos secundarios y la protección de la vacuna. Si los síntomas adversos son más intensos, mayor es el nivel de protección. Algo que corrobora el que las personas mayores apenas hayan tenido molestias al inocularse la vacuna. En conclusión, los datos indican la necesidad de una tercera dosis no sólo para las personas inmunodeprimidas, cómo proponen la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el Ministerio de Sanidad, sino también de administrársela a las personas de edad más avanzada.