El Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría ha sugerido revisar, tanto la apuesta por los medios digitales, como el uso de teléfonos inteligentes en los centros escolares, dando prioridad a la escritura y lectura en papel. Se ha propuesto también eliminar los juegos de las aplicaciones educativas, así como que los dispositivos sean propiedad del centro escolar, al tiempo que continúan realizando nuevas investigaciones al respecto.
El grupo de trabajo de Salud digital, que pertenece al Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría, ha querido contribuir a arrojar luz al debate que existe actualmente dentro de la comunidad educativa sobre el uso de pantallas en las aulas. Para ello, ha emitido un documento con una serie de recomendaciones que se enmarca en el Plan Digital Familiar, una plataforma que está destinada para ayudar a las familias en el uso de las tecnologías en el ámbito familiar, que cuenta con el respaldo de la Agencia Española de Protección de Datos.
Según el análisis sistemática The Australian Educational Researcher, el uso de pantallas en las aulas no ha demostrado hasta la fecha mejoras en el aprendizaje respecto a la lectura o escritura en papel. Una referencia que se hace desde la AEP, apuntando que por ello "sugieren reevaluar la necesidad de usar dispositivos digitales como soporte para la enseñanza".
Desde la AEP se considera que se puede implementar el uso de aplicaciones en las aulas con una finalidad concreta, siempre y cuando estas hayan sido avaladas por estudios científicos que se hayan llevado a cabo con una muestra suficiente de usuarios y con un grupo control para determinar si aporta una mejora en el aprendizaje respecto a lo ya existente. Además, se presentan las siguientes recomendaciones:
1.- Las aplicaciones deberían especificar el tiempo de uso que precisa el alumno para realizar la actividad propuesta y establecer mecanismos automáticos para evitar el exceso de exposición. El tiempo de uso diario de pantallas no debe superar el recomendado por los expertos: ninguno antes de los dos años, menos de una hora al día entre los 2 y 5 años, y menos de dos horas a partir de los 5.
2.- Que los dispositivos sean propiedad del centro escolar, configurados para evitar el acceso a contenidos inadecuados, con cuentas específicas para el uso docente.
3.- Eliminar los juegos de las aplicaciones con finalidad educativa, estrategias relacionadas con la gratificación inmediata o cualquier mecanismo que favorezca comportamientos adictivos o uso excesivo de pantallas.
Se señala además, la importancia de que el personal docente esté previamente formado y capacitado sobre el impacto de las pantallas en los menores.