La Organización Mundial de la Salud (OMS) han lanzado el informe titulado “Enganchando a la próxima generación” donde se pone de relieve cómo la industria del tabaco y la nicotina diseña productos, pone en marcha campañas de mercadotecnia y trabaja para configurar unos entornos de políticas que les ayuden a crear adicción entre los jóvenes del mundo.
Este informe llega justo antes del Día Mundial Sin Tabaco que se celebra mañana viernes 31 y en el que la OMS amplifica las voces de los jóvenes que solicitan protección a los gobiernos para evitar ser los objetivos de la industria del tabaco y la nicotina.
El estudio ofrece la estimación de que en el mundo hay unos 37 millones de niños de entre 13 y 15 años que consumen tabaco, y señala que en muchos países la tasa de uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes supera la de la población adulta. En Europa, en concreto, el 20 por ciento de los jóvenes de 15 años encuestados declararon haber utilizado cigarrillos electrónicos en los 30 días anteriores.
A pesar de los importantes avances registrados en la reducción del consumo de tabaco, desde la organización insisten en que “el surgimiento de los cigarrillos electrónicos y los demás nuevos productos de tabaco y nicotina representan una grave amenaza para los jóvenes y el control del tabaco”. Y no es banal su preocupación: cuentan con diversos estudios que demuestran que el uso de cigarrillos electrónicos casi triplica el consumo de cigarrillos convencionales, sobre todo entre los jóvenes no fumadores.
Por su parte, el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dispara directamente sin miramientos contra la industria: “la historia se repite, ya que la industria tabacalera está tratando de vender a nuestros hijos la misma nicotina en unos envases distintos”. Pero su crítica va más aun allá: “esta industria se dirige activamente a las escuelas, los niños y los jóvenes con nuevos productos que, en esencia, son trampas con sabor a golosina. ¿Cómo pueden hablar de reducción de daños cuando están dirigiendo a los niños la mercadotecnia de estos peligrosos productos que son sumamente adictivos?”, remata.
Presión despiadada de la industria
Las tabacaleras se han dado cuenta que incentivar el consumo entre los jóvenes puede aumentar sus beneficios durante toda su vida. Así, la industria presiona de forma agresiva para crearles un entorno, en el cual, engancharse resulte barato, atractivo y fácil.
En este punto merece especial atención cómo las productoras de cigarrillos electrónicos, de tabaco y nicotina se sirven de la mercadotecnia, a través de envases llamativos y sabores tentadores como caramelo y fruta, para incentivar su consumo pero generando un problema de adicción crónica desde edades muy tempranas al disfrazar el gusto natural del tabaco y ocultar los efectos dañinos en la salud en una población de por si vulnerable a nivel psicológico y emocional.
Según datos de la propia OMS, una investigación realizada en los Estados Unidos reveló que más del 70 por ciento de los jóvenes que utilizaban cigarrillos electrónicos dejarían de usarlos si solo existieran productos con sabor a tabaco.
Y sobre estas técnicas de marketing de las tabacaleras para promover el consumo entre niños y jóvenes, centra sus ataques otro miembro de la OMS, su Director de Promoción de la Salud, el Dr. Ruediger Krech: “de forma intencionada, estas industrias diseñan productos y utilizan estrategias de mercadotecnia pensados directamente para atraer a los niños”. Y en esa perversión de la industria del tabaco no hay reparo alguno “el uso de sabores como el de algodón de azúcar y de chicle, combinado con diseños elegantes y coloridos que se asemejan a juguetes, supone un intento descarado de generar adicción entre los jóvenes a unos productos nocivos”, sentencia.
Recomendaciones a los gobiernos de todo el mundo
En este contexto y para evitar que acaben siendo presas de una voraz industria que no repara las consecuencias adversas para su salud, la OMS insta a los gobiernos a proteger a niños y jóvenes mediante la prohibición o regulación estricta de cualquier producto que contenga nicotina, tabaco o aromas que los oculten.
Desde el organismo dependiente de Naciones Unidas, también sugieren entre otras cosas, crear lugares públicos cerrados 100 por ciento libres de humo, prohibir los cigarrillos electrónicos aromatizados, prohibir la mercadotecnia, la publicidad y la promoción, incrementar los impuestos, aumentar la concienciación pública sobre las tácticas engañosas que utiliza la industria y respaldar las iniciativas de educación y concienciación dirigidas por jóvenes.
Para la OMS es fundamental “la colaboración entre los gobiernos, las organizaciones de salud pública, la sociedad civil y los jóvenes con capacidad de acción y decisión para lograr un mundo donde la próxima generación esté libre de los peligros de la adicción a la nicotina y el tabaco”.