El proyecto de legislación farmacéutica europea se encuentra en las últimas fases de discusión. Entre las iniciativas para mejorar el acceso de los pacientes a los fármacos, se contemplaba la posibilidad de“reemplazar el prospecto en papel de los medicamentos por información del producto en versión electrónica”. En algunos hospitales españoles el cambio ya se ha puesto en marcha de forma experimental con algunos fármacos de uso hospitalario. El entorno hospitalario es idóneo, ya que los pacientes no tienen la necesidad de consultar el prospecto. Sin embargo, en caso de prosperar la iniciativa, la situación será diferente en los domicilios de los pacientes quienes se verán obligados a consultar el prospecto solo en formato electrónico.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) junto con el resto de las asociaciones de consumidores del grupo Euroconsumers en Italia, Bélgica y Portugal son favorables al uso de un código QR que contenga la información del prospecto, pero en ningún caso a que sustituya al prospecto en papel. Una opinión compartida por el 78% de los usuarios españoles y hasta un 83% de los mayores de 63 años, tal y como apunta una reciente encuesta realizada por la organización entre junio y julio de este año.
De acuerdo a los que datos a los que ha tenido acceso Diario16, la encuesta de OCU también desvela la importancia que tiene para los usuarios el prospecto de un fármaco: el 80% lo lee al tomar el medicamento por primera vez; y hasta un 88% cuando lo toma por iniciativa propia (automedicación). Además de las indicaciones del principio activo, suelen consultarse los posibles efectos no deseados y las contraindicaciones. De hecho, si tras tomar un medicamento se sufre algún tipo de efecto secundario no grave, el 44% vuelve a leer el prospecto. En pocas palabras, la información del prospecto resulta vital para la mayoría de las personas antes de tomar un medicamento. Si solo pudiera consultarse en soporte electrónico, supondría la exclusión a su acceso para muchos pacientes.
Y es este punto el que genera más recelo en la organización de consumidores la cual recuerda, con los datos en la mano que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE),ocho de cada diez mayores de 55 años carecen de habilidades digitales básicas que se suman a aquellas personas que no cuentan con conexión online o menores de 55 años con dificultades para manejarse con dispositivos electrónicos.
Los códigos QR, excluyentes
Según datos de la propia OCU, los códigos QR tienen poco uso entre la población española: solo el 61% ha utilizado alguna vez uno, un 33% ha oído hablar de ellos, pero no los ha usado nunca y un 6% no conoce ni su existencia; es en la franja comprendida entre 25 a 44 años, que cuenta con más conocimiento y experiencia digital, donde más ha calado su uso. En consecuencia, de adoptarse esta medida que actualmente está en estudio, se dejaría de lado a la población mayor y más vulnerable, que es también la principal usuaria de medicamentos.
Por este motivo, desde la asociación de consumidores se demuestran categóricos y sostienen que “En OCU lo tenemos claro y no queremos que se repita la lamentable experiencia de los servicios bancarios: volcados en los últimos años en el medio digital, los bancos se han olvidado de las personas mayores, que a duras penas son atendidas. Mientras no se den las condiciones idóneas, en OCU no podemos aprobar el prospecto online de forma exclusiva”
No obstante, OCU abre la puerta a que los códigos QR “Se añadieran a los envases, en lugar de sustituir, para enlazar con la versión online de los prospectos,pues este código de acceso digital es un sistemapráctico, cómodo y mejor para el medio ambiente... pero a día de hoy su difusión es aún demasiado limitada como para que se convierta en el medio exclusivo de acceso al prospecto”.