Cuenta la leyenda que los piratas del Mediterráneo escondían sus tesoros en las cuevas de islas hoy italianas, francesas, griegas, Malta o litoral norteafricano…. Algunos de esos botines jamás fueron recuperados, al menos en Formentera.
Sin embargo, esos tesoros no están escondidos en los múltiples y recónditos recovecos que hay en las islas. El verdadero hallazgo de aquellos piratas no está en Formentera.La isla ¡Es el tesoro!. La joya a la que nos referimos tiene más de 83 km2. Se disfruta los 365 días de cada año, con más días de sol que otras islas mediterráneas. Tiene Formentera 69 km de costa. El punto más alejado de la isla está entre La Savina a Mola (16 km). El más elevado es el Altiplano de La Mola, de 192 metros.
Más tesoros de Formentera son los increíbles y mágicos azules del Mediterráneo infinito. El cosmopolita y universal que cantó Serrat. Es el Mare Nostrum que envuelve y arropa a quien se le acerque. Los prados verdes en Formentera son submarinos.
Se extienden por las aguas cristalinas de calas y playas que insinúan el paraíso. Deben citarse algunas: Ses Illetes, Llevant o Cavall d’en Borras. O la estrecha franja de tierra que apunta al islote de s’Espalmador. Al norte de la isla encontramos Es Pujols, Sa Roqueta o ses Platjetes. Una cala, Saona, emerge entre acantilados bajos, en la costa occidental. Como la infinita Migjorn, en la costa sur...
El genuino tesoro de Formentera son también sus tradiciones y costumbres, transmitidas de generación en generación. Tres faros –Savina, La Mola, al este, y Cap de Barbaria, al sudoeste– son orgullosos vigías sobre acantilados. Desde esos puntos enamoran los amaneceres y atardeceres. La historia de la isla arranca al final del tercer milenio antes de Cristo. La prueba es un sepulcro megalítico de Ca na Costa...
Otras joyas
Otros tesoros de Formentera son sus deliciosos productos de Km 0, santo y seña de una gastronomía Slow Food. La que seduce al paladar con platos como Ensalada payesa, el Frito de pulpo o los Calamars a la bruta. Esos premios al estómago merecen regarse con caldos autóctonos que siguen la pauta del km. 0. Son elaborados por las únicos dos bodegas existentes en la isla: Terramoll y Cap de Barbaria. El éxito de sus elaborados invitó a ampliar oferta a espumosos, claretes, tintos y blancos. Precios asequibles y una copa cercana para degustar unos vinos que atrapan el gusto humano.
La isla que visitamos desde las palabras y fotos es salada. El mineral que ensalza la gastronomía es otro tesoro. Además de playa Ses Salines es un parque natural que comparte con Ibiza, la hermana mayor Pitiusa (Illes Balears). Mas descubrimientos los reparten los 6 pueblos de la isla: La Savina, Sant Francesc, Sant Ferran, Es Pujols, Es Caló de Sant Agustí y El Pilar de la Mola. Cada uno de ellos tienen sus señas de identidad, mercadillos y colindantes mundos submarinos. Todos abrazan otro de los tesoros que, con más mimo, cuidan en Formentera. Hablamos de las praderas de Posidonia Oceánica. El vegetal marino llevó a que la marca de la isla fuera considerada Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
Formentera apuesta fuerte, decidida, por la sostenibilidad. Inició proyectos conservacionistas de su joya submarina con sendas campañas, ’Save Posidonia’ y ‘Formentera eco’. Ambas conservan el ser vivo más longevo del mundo, con más 100.000 años antigüedad. También, con actividades paralelas de naturaleza, culturales y deportivas. Todas se cuidan de proteger el entorno y mantener la identidad y singularidad. Limitar y acotar el turismo masivo, carecer de aeropuerto y ser vigías sobre atentados al medioambiente.
El visitante de Formentera no suele militar en el turismo clásico. Se siente diferente ante un espectáculo del lugar que todos soñamos para desconectar, para vivir alejados del estrés urbanita o hace un feed-back con la rutina del cotidiano. Desde el turismo activo, hasta le relajo de las vacaciones familiares, enamorarse en pareja, descubrir con la cámara escenas inimaginables o bucear las praderas de posidonia son factibles en Formentera.
Toda clase de argumentos valen para vivir unos momentos vitales inolvidables en una isla que deja huella. Además, en la isla encontramos variada oferta de alojamientos de las más diversas tipologías y tarifas. Formentera está al alcance de cualquier bolsillo, siendo recomendable visitarle fuera de la considerada ‘temporada alta’: julio y agosto de cada año. Todas estas cosas las cuenta con pasión Carlos Bernús, responsable de promoción turística del Consell Insular de Formentera. Este barcelonés se contagió de la magia de la isla donde no cuesta vivir para siempre. Formentera atrapa. Lo suscribe servidor que ejerce de juntaletras aquí.
Pequeña historia
Además del pasado prehistórico, con huellas de civilizaciones que coparon el Mediterráneo (fenicios, romanos, griegos) Formentera pasó a ser tributaria de las islas mayores de Baleares. Hasta hace pocas décadas su única comunicación regular con Ibiza era un barco que hacía rutas irregulares para abastecer a los payeses, mayoritaria población de Formentera.
El boom del turismo de los 60s del pasado siglo completó la población de la isla con hippies que recalaron desde Ibiza y que encontraron en Formentera su paraíso particular. Algunos adelantados compraron tierras y casas próximas al mar que desecharon los ‘hereu’ (heredero prioritario según el derecho civil catalán, equivalente al mayorazgo castellano) legatarios de la mejor tajada de los progenitores en dineros, casas y tierras agrícolas o explotaciones ganaderas. ¡Quién pensaría que las tierras salinizadas que nadie quería ahora son un nuevo tesoro para sus actuales propietarios!.
Era esa una época, desde los 60s y 70s en las que las casas no tenían cerradura, todos se conocían y ‘casa pepe’ era la única fonda de la isla. Por entonces muchos europeos y americanos recalaron en la isla. El turismo y los visitantes, a posteriori, se fueron organizando y estructurando. Hasta que -hoy por hoy- las élites del dinero, millonarios, empresarios y profesionales liberales, los que exigen paz y relax para sus vacaciones, eligen Formentera. El dinamismo, y el olfato, de las autoridades locales añade más atributos y oferta en un lugar donde se siente la libertad. Pisar, también, un lugar importante para vivir los mejores momentos vitales cuenta. Pero la idea de que Formentera es destino de privilegiados se relativiza cuando vemos la oferta de hoteles, pisos y alternativas.
Hasta Formentera llegan yates y embarcaciones de lujo, viajeros del mar buscando relax y paz. Desde hace lustros, los nuevos veraneantes, a la postre, hacen del turismo algo también sostenible. Ese que se aleja de las masas y los mochileros/as que antaño hicieron de las suyas creyendo que lo hippie equivalía a un ‘flower power’, sin dineros que lo respaldaran. No obstante, algunos que repetían en su mente ‘se realista, pide lo imposible’ del mayo francés de 1968 hoy, en parte y en Formentera, ofician como codiciosos capitalistas. Las paradojas de la ideología o el credo personal.
No vemos en la isla hoteles-hormiguero, tan frecuentes en el litoral mallorquín o ibicenco. Ni hay aeropuerto. Un moderno ferry conecta la isla con Ibiza con más regularidad que antaño. Cuatro salidas/llegadas por día en casa sentido. Los trayectos entre Ibiza y Formenetera duran 30’. El barco admite pasaje, carga y vehículos. Limitar el número de autos en la isla en otro proyecto. Se hace buena la propuesta para que la sostenibilidad y el respeto medioambiental no sean una consigna a cumplir, sean en realidad una realidad gozosa. Comparando a Formentera con otros destinos españoles que presumen de ser ‘sostenibles’, la isla gana muchos enteros.
MÁS FORMENTERA:
-EVENTOS: Formentera20 (5-8 mayo), Formentera Astronómica (6-9 mayo), Fines Semana Gastro (mayo y octubre), Formentera Fotográfica (26-29 mayo), Jazz Festival (2-5 junio), Música en las Plazas (verano, 5 días semana), Tango Festival (1-4 septiembre), Formentera Zen (14-16 octubre).
-RUTAS VERDES: En 130 kms. A destacar nº 25. Camí de Sa Pujada (camino romano). De Es Caló a La Mola (4 km)
-TORRES DEFENSIVAS: (siglo XVIII) Sa Gavina, Es Garroveret, Punta Prima, Pi des Catala, Migjorn, y s’Espalmador.
-RESTOS ARQUEOLÓGICOS: Ca na Costa (Funerario megalítico, Estany Pudent), Cap de Barbaria I, II y III (Edad Bronce), Can Blai (fortificación romana, s. III-IV d.C.
-OBSERVATORIO ORNITOLÓGICO: Ruta Birding: Por Camí des Brolls. 4,3 km. 8 paneles y 1 pantalla de observación. 200 especies aves migratorias.
-GASTRONOMÍA: Frit de polp, Calamars a la Bruta, Amanida payesa, Peix Sec, Bullit de Peix. Postres: Orelletes (anisado, Greixonera (pudin), Flaó (pastel queso). Slow Food, 13 lugares (Mercado, aceite, carne).
-MERCADOS ARTESANOS: La Mola (miércoles y domingos tarde), Sant Ferran, Sant Francesc, La Savina, Es Pujols. Centro Artesano Antoni Tur Gabrielet (Sant Francesc).
-CITAS DEPORTIVAS: Maratón E-Dreams (7 mayo), Media Maratón Popular (14 mayo), Formentera to Run (29 mayo al 5 junio), Triatlon Illa Formentera (1 octubre) y BTT La Mola (23 octubre).