El Banco de España se niega a auditar si los bancos manipulan las fórmulas de cálculo de las hipotecas

25 de Junio de 2024
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BdE.

C. P. es una madrileña de cincuenta y tres años atrapada en una hipoteca de cuota creciente. Al cabo de veinte años de amortización descubre que no ha devuelto casi nada de capital y que a partir de ahora las cuotas se van a disparar. C.P. acudió al Banco de España para quejarse, no solo del sistema extraño de amortización sino de los múltiples errores que contiene su contrato.

En su defensa, la entidad financiera argumentó que los cálculos eran transparentes y correctos y adjuntó un extenso informe pericial con fórmulas aplicadas al contrato. El problema es que las fórmulas estaban manipuladas. No eran las de la escritura original. La sorpresa desagradable de C.P. fue que, si bien el Banco de España indicó que su contrato que no era transparente, se desentendió por completo de la cuestión grave: manipulación de fórmulas e incorrección del contrato bajo el punto de vista financiero.

“Estoy indignada, el Banco de España ha analizado y discutido toda la cláusula de amortización exhaustivamente y, al llegar a la cuestión de la fórmula, argumenta que no es nadie para  hacer análisis financieros”, se queja C.P.

Además, la afectada solicitó un certificado al Banco de España sobre aspectos concretos de la fórmula y éste se niega a remitírselo.

Hacer gastar al cliente bancario sin motivo

Para acudir a los tribunales de justicia C.P. tan solo necesitaba que el Banco de España certificase la manera en que se había aplicado la fórmula. Ni siquiera eso se le ha reconocido, la máxima autoridad financiera se ha negado, argumentando que no le compete examinar informes periciales por parte de las entidades.

Sandra Fernández y José Luis Herrero, coordinadores del grupo de afectados por Cuota Creciente, manifiestan que “no puede ser que un colectivo, que está castigado por las elevadas cuotas mensuales, tenga que pagar a economistas o peritos para certificar algo obvio que al banco de España no le cuesta nada”. “Nos han arruinado la vida”, añaden, “y ahora la administración favorece a la banca negándose a certificar lo obvio, que las fórmulas están equivocadas y que los números introducidos en ellas no son los que corresponden”.

La polémica está servida porque son muchos los afectados por cuota creciente que han escrito al Banco de España con la misma queja: la entidad no ha aplicado la fórmula pactada porque, de hecho, era inaplicable. Roger Pagés, abogado que defiende afectados de cuota creciente y REDAL, es tajante: “Si una fórmula es errónea, el prestatario no puede calcular los recibos, no sabe los importes potenciales que firma, por tanto, para empezar, el contrato no es transparente. Y al Banco de España le corresponde pronunciarse sobre la transparencia, precisamente”.

Por otro lado, Sandra Fernández teme que el Banco de España esté recibiendo presiones: “Es decepcionante”, se refiere a la actuación del Banco de España, “porque las primeras resoluciones de 2018 sobre cuota creciente eran tremendamente claras: se indicaba que ni había sistema de amortización ni la entidad misma sabía qué había pactado”. Ahora, por el contrario, el Banco de España emite, para exactamente los mismos contratos, pronunciamientos mucho más benévolos y hasta sesgados.

Dos sentencias de audiencias provinciales ya han fallado que el cliente de cuota creciente debe ver reconvertido su préstamo a método francés sin compensar a la entidad, porque ella es la culpable de la situación. Ello supone, normalmente, una quita de deuda de unos 30.000 euros. El Banco de España se alinea en la parte opuesta: considera que la entidad no debe realizar ninguna corrección del capital pendiente. El carácter disuasorio de la propuesta del Banco de España es inexiste. Equivale a una licencia para engañar.

Echar agua a quien se ahoga: la solución de la entidad al problema de C.P.

La madrileña afectada por este contrato deberá ahora gastar dinero en informes periciales para defender sus derechos ante un juzgado, cuando con un simple escrito del Banco de España le hubiera bastado. Se siente abandonada por un organismo que se niega a realizar su función. Como ella, están el resto de afectados por cuota creciente revisable.

“A mi marido se lo llevó el cáncer. En el 2015 ya tuvimos que novar por problemas de salud y ¿sabes qué hizo el banco? Me pasó el diferencial de 0,8 a 1,4. Y para disimular la subida me metió la cuota creciente”. Entonces C.P. no entendía nada de lo que firmaba, pero ahora no puede ocultar su indignación: “Pero vamos, voy a ir al periódico, al juzgado, al Congreso de los Diputados, y donde haga falta… Todos los afectados deberían hacer lo mismo. No se puede soportar tanta indecencia.”

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