Terremoto en la política en Andalucía. Después de la salida de Susana Díaz de la primera línea con su renuncia a la secretaría general del PSOE-A y su marcha al Senado, Juan Espadas ha dado un paso, cuanto menos, sorprendente.
Fuentes del Partido Popular de Andalucía han confirmado a Diario16 que el nuevo secretario general socialista y candidato a las elecciones andaluzas ofreció a Juan Manuel Moreno Bonilla la abstención del PSOE en la votación de los presupuestos para, de este modo, que el PP no tenga que depender de hacer cumplir las exigencias de la extrema derecha y, en segundo término, evitar que Moreno Bonilla convoque elecciones después del verano.
Debate interno en el PP
Esta oferta del PSOE al Partido Popular llega en un momento en que existe un debate interno en la fuerza política conservadora, dado que hay cierta división a la hora de interpretar si ahora es el momento de convocar los comicios andaluces o intentar agotar la legislatura hasta 2022.
La razón principal de este debate se encuentra en los resultados de las encuestas internas que manejan tanto el PP como Vox, en las que se les da una ventaja sobre el PSOE de más de 20 puntos. Esto les garantizaría una victoria tan aplastante como la conseguida por Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de la Comunidad de Madrid del pasado mes de mayo.
Sin embargo, según las mismas fuentes, Moreno Bonilla habría afirmado que no puede adelantar los nuevos comicios sin haber aprobado antes los presupuestos.
La extrema derecha, por su parte, está presionando al presidente de la Junta para que convoque las elecciones cuanto antes y lo están haciendo a través de presiones y amenazas de retirar su apoyo parlamentario.
¿Por qué Moreno Bonilla no adelanta las elecciones?
El actual presidente de la Junta de Andalucía tiene, a día de hoy, un escenario propicio para asegurarse otros cuatro años más de gobierno con una mayoría cómoda (cuando no absoluta). Las mismas fuentes señalan que Moreno Bonilla está valorando muchas variables antes de decidir la fecha en la que convocar los comicios andaluces.
Por un lado, si los resultados de las encuestas se cumplieran, existe el temor de que esto pudiera afectar a otros pactos del PP con Vox a nivel municipal, autonómico e, incluso, nacional si la situación del país provocara que Pedro Sánchez se viera obligado a convocar elecciones.
Además, Moreno Bonilla tiene otras balas en la recámara con las que se asegura un colchón importante en el medio plazo. En primer lugar, están los resultados de las auditorías internas realizadas por la Junta de Andalucía del uso por parte de los gobiernos socialistas andaluces de los fondos públicos. Las conclusiones presentadas el pasado día 27 de julio por el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, desvelarían irregularidades, la supuesta creación de una especie de «Junta paralela» por parte de los gobiernos socialistas o el pago de elevadísimos salarios muy superiores a los que cobran los funcionarios, tal y como publicó ABC.
En segundo término, tanto Moreno Bonilla como el PP de Andalucía dispondrían de informaciones relativas a gravísimas irregularidades éticas cometidas durante el primer gobierno de Pedro Sánchez y que afectarían directamente a importantes dirigentes socialistas de Ferraz o del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados que dieron su apoyo a la candidatura de Juan Espadas, irregularidades en las que no está implicado, por cierto, el nuevo secretario general del PSOE-A.
El PSOE necesita ganar tiempo
Tanto los datos de las encuestas internas como la actitud de la extrema derecha colocan al Partido Socialista en una situación muy difícil. Una convocatoria electoral en otoño dejaría al PSOE en un escenario muy complicado para intentar recuperar el gobierno de la Junta. Por esta razón, Juan Espadas ha realizado ese movimiento de ofrecer la abstención socialista en los asuntos más trascendentales, como son los presupuestos, para intentar a la desesperada que Moreno Bonilla no ceda a la tentación de la convocatoria electoral.
El nuevo líder socialista andaluz ha visto la situación tan desesperada que se ha convertido en un quarter back obligado a lanzar un «Ave María», en este caso, para conseguir tiempo con una buena estrategia no exenta de riesgos.
En el PP creen que si el presidente de la Junta lo aceptara estaría dando aire a su principal contrincante político y por eso apuntan a que es el momento de garantizarse, cuanto menos, otros cuatro años de gobierno en Andalucía y con una posición parlamentaria mucho más favorable en la que apenas tuvieran que depender de la extrema derecha.