Israel está perpetrando una operación de exterminio de seres humanos en Gaza, violando todos los artículos del Derecho Internacional, Convenciones y, sobre todo, cometiendo crímenes contra la humanidad. La respuesta a los atentados terroristas de Hamás está siendo sangrienta y ya se ha asesinado a más de 30.000 personas inocentes, la gran mayoría menores.
En estos días se está celebrando la primera ronda de eliminatorias de las competiciones de clubes organizadas por UEFA: Champions League, Europa League y Conference League. Entre el 18 y el 26 de marzo hay una ventana de selecciones nacionales en las que se disputarán, en principio, partidos amistosos preparatorios y el play-off de repesca para la Eurocopa que se celebrarán a partir del 17 de junio en Alemania.
En esos partidos de repesca está la selección nacional de Israel, que jugará contra Islandia. Sin embargo, resulta extraño siquiera que ese encuentro se pueda llegar a disputar porque Israel ya debió ser expulsada de todas las competiciones, al igual que sucedió con Rusia tras la invasión ilegal a Ucrania.
En primer lugar, Israel no es una nación europea. Lleva varias décadas participando de las competiciones UEFA cuando, geográficamente, pertenece a la Confederación Asiática.
Por otro lado, tras los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre, Israel inició una operación militar de exterminio en la Franja de Gaza que viola todos los tratados internacionales y humanitarios. El país hebreo ha querido justificar en su derecho a defenderse, como han hecho siempre, lo que en realidad no es otra cosa que una invasión de un territorio que, en base al derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas, está bajo el control palestino. Por otro lado, las cifras y la crueldad con la que se está aplicando el Ejército de Israel, demuestran que lo que se está perpetrando en Gaza no es otra cosa que una operación de exterminio, un genocidio encubierto.
Las imágenes hablan por sí mismas, no hace falta crear ningún relato. Israel está asesinando de manera indiscriminada a civiles, en su gran mayoría niños, que nada tienen que ver con Hamás. Se han atacado y destruido hospitales que están protegidos por la Convención de Ginebra. Además, se han ejecutado asesinatos de Estado en el interior de hospitales.
Cuando Rusia invadió ilegalmente Ucrania, la reacción de FIFA y UEFA fue inmediata: expulsión de todas las competiciones de los equipos y de la selección nacional de Rusia. Incluso se impidió que la Federación Rusa presentara candidatura para optar a la organización de una Eurocopa.
En la década de los 90 del siglo XX, tanto UEFA como FIFA sancionaron también a Yugoslavia por los crímenes de guerra cometidos durante el conflicto de los Balcanes. Esa expulsión de Yugoslavia provocó que se repescara a Dinamarca para la Eurocopa de 1992, torneo que, de manera sorprendente, fue ganado por la selección nórdica.
Por tanto, existen dos antecedentes muy recientes y similares que obligan a que tanto UEFA como FIFA sancionen a Israel a perpetuidad. En el deporte no hay cabida para países genocidas que tienen como línea de actuación el exterminio sistemático del vecino.
En otros deportes también hay antecedentes. La selección sudafricana de rugby, los Springboks, una de las mejores del mundo, no participó en el Mundial de 1987 y 1991 por la sanción derivada de su política de apartheid, es decir, exactamente lo mismo que Israel hace contra el pueblo palestino.
