El gigante farmacéutico británico-sueco, AstraZeneca ha admitido por primera vez ante los tribunales que su producto, la vacuna contra el Covid-19, puede causar un efecto secundario grave, coágulos de sangre e incluso muerte, según los documentos judiciales.
La empresa se enfrenta a una demanda colectiva donde se alega que la inoculación de la compañía, elaborada en colaboración con la Universidad de Oxford, puede provocar la muerte y lesiones graves, como trombocitopenia.
La denuncia inicial fue interpuesta por Jamie Scott, padre de dos hijos, que sufrió un coágulo de sangre que, a su vez, ocasionó daño cerebral tras la inoculación en abril del año 2021. En su denuncia ha solicitado una compensación por la campaña pública en la que se afirmaba la seguridad de este producto, algo que ha demostrado no ser cierto.
En mayo de 2023, la compañía farmacéutica AstraZeneca negó que la TTS (Trombosis con síndrome de trombocitopenia) tuviera relación causal con la vacuna de manera general. Así se publicó por parte del diario británico The Telegraph.
Sin embargo, en la defensa de la compañía ante la demanda interpuesta, se ha reconocido en documentos presentados por ella ante el Tribunal Superior de Reino Unido que "se admite que la vacuna AZ puede, en casos muy raros, causar TTS. Se desconoce el mecanismo causal". "Además, el TTS también puede ocurrir en ausencia de la vacuna AZ", añadió la compañía.
AstraZeneca insiste en que, según los datos disponibles, los medicamentos tienen un perfil de seguridad aceptable, y que los reguladores de todo el mundo afirman de manera sistemática "los beneficios de la vacunación", que "superan los riesgos de posibles efectos secundarios extremadamente raros".
Suspensión de la administración de la vacuna AZ
Fueron muchos los países, entre ellos España, que suspendieron la aplicación de esta vacuna ante la aparición de coágulos en las personas inoculadas. En ese momento, el responsable de la Agencia Europea de Medicamentos, encargado de la estrategia de vacunas, Marco Cavaleri, afirmó que existía una relación evidente entre la inoculación de AZ y los coágulos sanguíneos que estaban apareciendo en el cerebro, pero sostuvo incluso entonces que "los beneficios superaban los riesgos de no vacunarse".
En España se constituyó una asociación de personas afectadas por la vacuna de AstraZeneca, ATEAVA, compuesta por trabajadores considerados "esenciales durante la pandemia". Un colectivo que está batallando para que los problemas graves de salud que sufren desde la inoculación sean reconocidos como daños en el ámbito laboral, y también sean indemnizados. Precisamente esta semana han mantenido reuniones con el Ministerio de Sanidad y de Servicios Sociales para seguir avanzando en su labor.