Bruselas advierte: los aranceles de Trump avivan la inflación y amenazan el comercio global

La Comisión Europea se planta ante la nueva ofensiva proteccionista de Washington y anuncia represalias si Estados Unidos persiste en su escalada arancelaria

14 de Febrero de 2025
Actualizado el 15 de febrero
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Bruselas advierte: los aranceles de Trump avivan la inflación y amenazan el comercio global
Ursula von der Leyen, presidenta de la CE junto al vicepresidente de EE. UU. JD Vance

Bruselas ha reaccionado con firmeza a la decisión de Donald Trump de imponer nuevos aranceles recíprocos, una medida que la Comisión Europea considera injustificada y peligrosa para la economía global. En un comunicado oficial, el Ejecutivo comunitario no ha ocultado su malestar y ha calificado la política comercial del presidente estadounidense como "un paso en la dirección equivocada". Además, ha advertido que la Unión Europea (UE) responderá "con firmeza" si se materializan las barreras comerciales que Washington está levantando.

El IVA como excusa para penalizar a la UE

El plan de Trump incluye la aplicación de aranceles a las importaciones en función de los impuestos indirectos que los países de origen aplican a los productos, en particular el IVA. Esta decisión supone un ataque directo a la Unión Europea, ya que el impuesto sobre el valor añadido es un elemento fundamental del sistema fiscal de sus Estados miembros. Bruselas ha recordado que "el IVA no es un arancel, sino un impuesto sobre el consumo que se aplica por igual a productos nacionales y extranjeros". En consecuencia, considera que el argumento de Trump carece de fundamento y busca, en realidad, castigar a la UE.

Según los datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, el déficit comercial con la Unión Europea alcanzó en 2024 los 235.571 millones de dólares (225.000 millones de euros). Este desequilibrio ha sido la justificación de la Casa Blanca para intensificar su ofensiva proteccionista, ignorando que el comercio bilateral está regido por reglas internacionales que han beneficiado a ambas partes durante décadas.

Impacto económico y riesgo inflacionario

La Comisión Europea ha advertido de que la política arancelaria de Trump "grava a sus propios ciudadanos, aumenta los costes para las empresas, asfixia el crecimiento y da alas a la inflación". Esta preocupación es compartida por el sector empresarial estadounidense, que teme un encarecimiento de los productos importados y un encarecimiento de la cadena de suministros.

Un informe de Goldman Sachs estima que la mitad de las exportaciones europeas a Estados Unidos podrían verse afectadas por las nuevas tarifas, lo que representaría un duro golpe para sectores como el automovilístico, el tecnológico y el agroalimentario. El coste de estas medidas podría traducirse en miles de millones de dólares en pérdidas para las compañías europeas y, al mismo tiempo, en un aumento de precios para los consumidores estadounidenses.

La UE se prepara para responder

Ante este nuevo pulso comercial, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sido tajante: "La Unión Europea no se quedará de brazos cruzados mientras Estados Unidos socava el comercio libre y justo". Bruselas estudia varias opciones de represalia, entre ellas la aplicación de aranceles a productos estadounidenses como respuesta a la escalada de Washington.

Una de las medidas que podría tomar la UE sería reactivar los aranceles sobre productos icónicos de EE.UU., como el bourbon y las motocicletas Harley-Davidson, que fueron suspendidos tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Ahora, con el regreso de Trump, esas tarifas podrían volver a imponerse para presionar a la administración estadounidense.

Otra posible vía de acción es la presentación de una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la consideración del IVA como un arancel encubierto. Sin embargo, esta estrategia podría tener un efecto limitado, ya que Estados Unidos ha bloqueado la capacidad de arbitraje del organismo internacional.

Las relaciones transatlánticas, en peligro

La escalada de tensiones comerciales está afectando también a las relaciones políticas entre la UE y EE.UU. La visión de Trump sobre Europa no es la de un aliado, sino la de un rival económico. Durante su primer mandato (2017-2021), ya aplicó tarifas al acero y al aluminio europeos, y ahora ha vuelto a la carga con medidas que podrían desembocar en una guerra comercial.

El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, dejó claro en la reciente Cumbre de París sobre Inteligencia Artificial que la administración Trump no tiene intención de ceder ante Europa. En su intervención, rechazó cualquier intento de regulación europea sobre las grandes tecnológicas estadounidenses y afirmó que "las normas mundiales las dictará EE.UU. y nadie más".

Por su parte, la UE ha intensificado sus contactos con otros socios comerciales para reforzar su posición. Esta semana, Von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, se reunieron con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, con el objetivo de fortalecer los lazos comerciales ante la amenaza de un proteccionismo creciente desde Washington.

Un futuro incierto para el comercio global

El enfrentamiento entre la UE y EE.UU. no solo afecta a las dos partes, sino que también pone en riesgo la estabilidad del comercio mundial. Los mercados financieros han reaccionado con nerviosismo ante la posibilidad de una guerra arancelaria prolongada, lo que podría agravar la volatilidad económica global.

Europa ha dejado claro que no se rendirá ante las presiones de Trump y que está dispuesta a defender sus intereses comerciales. La gran pregunta es hasta dónde llegará este conflicto y cuál será el coste para ambos bloques. Con una economía mundial todavía recuperándose de las crisis recientes, cualquier escalada proteccionista podría ser el detonante de nuevas turbulencias económicas.

El pulso entre Bruselas y Washington está en marcha, y las próximas semanas serán clave para determinar si la tensión se transforma en una guerra comercial abierta o si, por el contrario, prevalece la vía diplomática para evitar un nuevo terremoto en el comercio internacional.

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