Crisis de Taiwán: tres posibles escenarios sobre lo que puede llegar a pasar

06 de Agosto de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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El portaaviones USS Reagan en aguas cercanas a China.

Según informes del Pentágono, se pueden dar tres escenarios posibles en la crisis de Taiwán. La primera posibilidad es que China lance una invasión anfibia sobre la isla y tome el país en una operación relámpago. Los taiwaneses poseen una cierta capacidad militar aérea y marítima, pero el ejército chino, altamente tecnologizado, podría ser capaz de anular en pocas horas cualquier respuesta del régimen de Taipéi.

Un segundo escenario consiste en que China decida bloquear a Taiwán mediante una operación de cerco y acordonamiento. Dispone de una gran flota, de manera que podría aislar el atolón y establecer una especie de bloqueo naval a la cubana, tal como ya hizo en su día Estados Unidos con la isla caribeña gobernada por los castristas. Esta hipótesis, la del embolsamiento de Taiwán, se antoja la más factible y provechosa para el Gobierno de Pekín. Cabe recordar que el estrecho de Formosa, que separa China de la isla, constituye un gran nudo comercial. Por esa estrecha franja del mundo de 130 a 180 kilómetros de ancho pasa buena parte de buques cargados con mercancías chinas con destino a Europa y a Estados Unidos. El 48 por ciento de los contenedores que terminan en Occidente transitan por ese enclave estratégico cada año. Es decir, Taiwán representa el 88 por ciento del tráfico mundial de grandes cargueros. La opción de cambiar de ruta, bordeando la isla, supone una decisión arriesgada, ya que los navíos terminan adentrándose en los mares filipinos azotados por tifones muy peligrosos para las embarcaciones.

La comunidad internacional, que salvo algunos exóticos países no reconoce a Taiwán como país independiente, entiende que las aguas jurisdiccionales del Estrecho de Formosa son de libre uso y paso, es decir, cualquier país puede utilizarlas para el comercio. Sin embargo, China no lo ve así. Una invasión de Taiwán tendría como gran objetivo estrangular o incluso cortar las rutas comerciales a través del codiciado estrecho. China no solo se convertiría en el principal productor y suministrador de bienes y productos al resto de los países, sino que tendría también la llave del comercio. Bastaría con cerrar el paso de Taiwán a los grandes cargueros para hacer tambalear la economía mundial. Así de sencillo. De ahí que Estados Unidos tiemble ante esta posibilidad. Washington sabe que dejar Taiwán en manos chinas sería tanto como quedar como rehén y a merced del gigante asiático. Nunca antes una superpotencia tendría una posición de poder tan hegemónica y estratégica.

La tercera hipótesis que se plantea contempla un ataque aéreo chino o con misiles contra la isla. No hace falta decir que China es una potencia nuclear y que su control de los cielos en el Pacífico no tiene rival. Ayer mismo, Taiwán anunció que hasta 68 aviones y trece buques del Ejército chino continuaron operando en el Estrecho de Formosa e incluso invadieron el espacio fronterizo de la isla. En un detallado informe de Soeren Kern para el Real Instituto Elcano, se elucubra con una posible secuencia de lo que podría llegar a pasar si la escalada bélica continúa. “Este es uno de los posibles escenarios: China inicia el bloqueo naval de Taiwán. EE.UU responde enviando dos grupos de portaaviones a la zona. China hunde un navío taiwanés que se niega a ceder. EE.UU hunde una unidad naval china. China responde con un ataque de misiles de crucero y hunde un portaaviones estadounidense. EE.UU contraataca destruyendo complejos militares y militares-industriales chinos. Por impensable que parezca este escenario, ahora es más posible que nunca que un conflicto de ese calibre pudiera, en el peor de los casos, convertirse en un conflicto nuclear. Aunque no ocurriera así, podría acabar con los intercambios comerciales entre EE.UU y China, valorados en aproximadamente 100.000 millones de dólares en 2004 y desencadenar un colapso económico a escala mundial”.

Tanto el escenario 1 como el 3 podrían llegar a desencadenar un conflicto nuclear a gran escala entre superpotencias. Una refriega atómica que involucraría sin duda a Rusia, Corea del Norte e Irán, de lado chino, y a Europa y Japón junto a los aliados de Estados Unidos. De momento, China ha elevado hoy mismo el nivel de represalias tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán con acciones que incluyen la suspensión de mecanismos de cooperación con Washington, sanciones a la presidenta del Legislativo de EE.UU y el cruce de buques y aviones de la línea media del Estrecho de Formosa.

Dos días después del controvertido viaje de la veterana política, Pekín anunció ocho medidas entre las que se incluyen la suspensión de la cooperación en materias como la judicial, la de cambio climático, repatriación de inmigrantes ilegales, asistencia judicial penal, lucha contra los delitos transnacionales y las conversaciones sobre la lucha contra el cambio climático.

También canceló las llamadas telefónicas entre los líderes de los comandos militares y las reuniones de trabajo entre las carteras de Defensa de ambas potencias, así como las del Mecanismo de Consulta de Seguridad Marítima Militar. Estas cancelaciones suponen que deja de existir un mecanismo de confianza entre las fuerzas armadas de ambas superpotencias en un momento en el que las cotas de tensión en el Estrecho de Taiwán se encuentran en un nivel no visto desde los años 90.

El país asiático hizo pública esta decisión apenas una hora después de imponer sanciones sobre Pelosi y sus familiares directos por “hacer caso omiso de la preocupación y la firme oposición” de China a su viaje y por “socavar la soberanía y la integridad territorial” del país asiático. Las medidas incluyen la prohibición de entrada a China para Pelosi y sus allegados, sin más detalles por el momento. Asimismo, China también convocó en las últimas horas a representantes diplomáticos europeos, de la Unión Europea, Japón y Canadá por las declaraciones realizadas por los ministros de Asuntos Exteriores del G7 en relación con Taiwán. La tensión aumenta por momentos.

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