En abril de 2014, un total de 2.276 alumnas fueron secuestradas de una escuela gubernamental de enseñanza secundaria de la localidad de Chibok, en el estado de Borno (Nigeria). Algunas escaparon por su cuenta del cautiverio, mientras que otras fueron liberadas más tarde tras una intensa campaña de organizaciones de la sociedad civil y negociaciones del gobierno. Sin embargo, de las secuestradas inicialmente, 82 continúan en cautiverio, mientras que varios niños y niñas han sido secuestrados en ataques posteriores.
Amnistía Internacional lleva documentando las atrocidades cometidas por Boko Haram y los ataques a escuelas desde 2012. En mayo de 2020, la organización publicó también un informe sobre el terrible impacto que el conflicto del noroeste de Nigeria tiene sobre la infancia.
Ahora, diez años después, la organización considera que las autoridades de Nigeria deben intensificar sus esfuerzos para asegurar la liberación y el regreso en condiciones de seguridad de las 82 alumnas de Chibok que fueron secuestradas por combatientes de Boko Haram en 2014 y continúan cautivas, y garantizar la protección de las escuelas contra los secuestros de niños y niñas, que son cada vez más frecuentesdesde la conocida incursión del grupo armado en el norte del país.
"Es escandaloso que, en los 10 años transcurridos desde el secuestro de la escuela de Chibok, las autoridades nigerianas no hayan aprendido nada ni hayan tomado medidas efectivas para impedir los ataques contra las escuelas. El número de secuestros que han tenido lugar desde 2014, incluso en fecha tan reciente como el mes pasado, y el hecho de que cientos de niños y niñas continúen bajo la custodia de hombres armados, demuestra la falta de voluntad política por parte de las autoridades para abordar el problema", explica Isa Sanusi, director de Amnistía Internacional Nigeria.
"El secuestro de niños y niñas y los ataques contra escuelas pueden ser constitutivos de crímenes de guerra. Las autoridades nigerianas tienen la obligación de poner fin a estos ataques, llevar los presuntos autores ante la justicia en juicios justos y garantizar el acceso de las víctimas a la justicia y a recursos efectivos. Un decenio es tiempo suficiente para que las autoridades nigerianas encuentren una solución a este problema pero, hasta ahora, la realidad demuestra que el gobierno no tiene la voluntad ni el compromiso de poner fin a estos ataques contra niños y niñas y sus escuelas".
Tras los secuestros de Chibok se lanzó la Iniciativa Escuelas Seguras para mejorar la seguridad en los centros escolares. Sin embargo, su implementación se ha estancado debido a obstáculos burocráticos y denuncias de corrupción. En consecuencia, muchos estados del norte del país han cerrado con carácter indefinido cientos de escuelas, lo que interrumpe la educación de miles de niños y niñas.
Investigaciones de Amnistía Internacional revelan que la situación de la educación en Chibok y las comunidades circundantes sigue acusando los efectos de los secuestros de 2014.
El gobierno del estado de Borno reconstruyó la Escuela Secundaria Gubernamental de Niñas de Chibok, que fue incendiada completamente por Boko Haram en 2014, y creó escuelas secundarias diurnas y una escuela técnica. Sin embargo, las actividades académicas en las escuelas siguen siendo mínimas porque los padres y las madres siguen viendo con recelo enviar a sus hijos e hijas a la escuela, por temor a que sean secuestrados por Boko Haram.
Obligadas a casarse con sus secuestradores
Amnistía Internacional también ha pedido a las autoridades nigerianas que investiguen de forma inmediata, exhaustiva, imparcial, independiente, transparente y eficaz las denuncias de matrimonios forzados entre 20 mujeres de Chibok rescatadas en los últimos dos años y excombatientes de Boko Haram en un centro proporcionado por el gobierno del estado de Borno en Maiduguri. El padre de una de las mujeres confirmó a la organización que los matrimonios forzados habían tenido lugar.
El gobierno del estado de Borno afirma que estos combatientes de Boko Haram se han sometido a rehabilitación y se han reintegrado en la sociedad en virtud del programa de recuperación del conflicto para combatientes de Boko Haram arrepentidos.
"Es deplorable que estas niñas de Chibok liberadas se vean obligadas a casarse y a vivir con sus secuestradores. Estos matrimonios forzados, organizados por el gobierno del estado de Borno, son aparentemente un intento de apaciguar a los combatientes de Boko Haram con total desprecio de los derechos y el bienestar mental de las niñas afectadas", ha afirmado Isa Sanusi.
Progenitores y familiares de las niñas que permanecen cautivas denuncian que han sido abandonados por el gobierno, y citan la falta de información sobre los intentos de conseguir la liberación en condiciones de seguridad de sus hijos e hijas de Boko Haram.
“Cuando conmemoramos el aniversario de estos secuestros, el gobierno de Nigeria debe implementar un plan integral y efectivo para proteger las escuelas y a los niños y niñas. Las autoridades también deben dar prioridad a ayudar a las niñas que escaparon o fueron rescatadas de Boko Haram para que rehagan su vida. No deben ignorar la angustia permanente de los padres y madres cuyas hijas permanecen cautivas y deben garantizar que se informa periódicamente a estas personas sobre las acciones emprendidas para asegurar la liberación y el regreso en condiciones de seguridad de sus hijos e hijas”, afirma Isa Sanusi.
En un informe que se publicará el mes próximo, Amnistía Internacional documentará crímenes y violaciones de derechos humanos cometidos por Boko Haram y las fuerzas armadas nigerianas contra niñas vinculadas, o a las que se percibe como vinculadas, con Boko Haram desde que comenzó el conflicto en el nordeste de Nigeria en 2013. El informe también detallará sus necesidades específicas de reintegración y sus aspiraciones de rehacer sus vidas.