Europa corre el riesgo de quedarse sin gas en el invierno de 2023-2024, advirtió este jueves la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que insta a los gobiernos a "actuar de inmediato" y reducir la demanda.
En torno a 30.000 millones de metros cúbicos de gas podrían faltar el próximo año, en caso de suspensión total del suministro desde Rusia y también con la recuperación económica de China, que absorberá gran parte del gas natural licuado (GNL), según los cálculos de la AIE, creada en 1974 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para asesorar a los países en temas energéticos.
Las reservas europeas solo estarán al 65% a principios del invierno 2023-2024, cuando actualmente están al 95%, afirma el director de la agencia, Fatih Birol.
“El 'colchón' garantizado por los actuales niveles de reservas, la reciente reducción del precio del gas y las suaves temperaturas, contrarias a lo habitual, no deben llevar a conclusiones demasiado optimistas sobre el futuro”, advierte la AIE en este análisis, que subraya que en el verano de 2023 las condiciones geopolíticas y económicas globales para obtener suministros y acumular reservas deben haber cambiado significativamente en comparación con 2022.