Desplazamiento tras desplazamiento. Así se describe la realidad a la que se enfrentan un sin número de familias palestinas de Gaza que tomaron la calle Rashid desde Rafah hasta el centro de la Franja de Gaza, tras recibir el lunes órdenes de evacuación de las autoridades israelíes para trasladarse a Al Mawasi, una zona costera del enclave asediado.
Varados, con sus casas destruidas, sus seres queridos asesinados y desplazados en reiteradas ocasiones, habían buscado refugio en Rafah, en el extremo sur de la Franja, para huir de la muerte y la destrucción y encontrar un lugar seguro que no existe.
"Cada hora somos desplazados"
Sobhi Massoud comparte su confusión ante los nuevos acontecimientos. Este anciano ha sido desplazado varias veces después de que todos sus hijos fueran asesinados y sus propiedades destruidas en el campo de Jabalia. Finalmente acabó en la ciudad de Rafah, declarada zona segura por las autoridades israelíes. Pero su sufrimiento no terminó allí.
"Todos los días nos desplazan. Cada hora nos desplazan", dice.
Explica que se había visto obligado a huir de nuevo a la zona de Al-Mawasi, que carece de las necesidades más básicas. "Todo ha desaparecido", comenta Massoud. "Esto es lo único que me queda (refiriéndose a su bastón). Ni siquiera encuentro un colchón para dormir".
Situación sin precedentes
Abu Kamal al-Yaziji, desplazado de la ciudad de Gaza, en el norte, dice que lo que está ocurriendo en el enclave no tiene precedentes.
Dirigiendo su voz a las autoridades israelíes, afirma que "esto no es una operación de autodefensa; lo que están haciendo es venganza". Y añade que si hubiera tenido la oportunidad de vender su propiedad, aunque fuera por la mitad de su valor para enviar a sus hijos y nietos fuera de Gaza, lo habría hecho para asegurar su futuro.
"Estoy harto de la vida. No hay vida en Gaza", afirma. "Gaza no tiene futuro. La gente de Gaza nunca ha visto tanto sufrimiento. Lo que está ocurriendo ahora es algo que nunca hemos visto ni sentido ni volveremos a ver en nuestras vidas."
Gaza sólo tiene a Dios
Otro joven, Mohammed Salah Rajab comenzó en el barrio de Zeitoun, luego a casa de su hermana en Jan Yunis y después a la zona de Hay al-Salam en Rafah. Tras los bombardeos de los últimos días e informar a los residentes de la necesidad de evacuar, se refugió en Deir Al-Balah, que es una zona adyacente a Al-Mawasi.
"No sabemos cuál es nuestro destino", dice Rajab. "Esperábamos que se llegara a un acuerdo de alto el fuego y que iríamos a la ciudad de Gaza, pero ha ocurrido lo contrario. Sólo Dios sabe lo que nos ocurrirá". El joven gazatí espera que su voz llegue al mundo exterior. "Gaza no tiene nada más que a Dios", concluye.