Los esfuerzos para estandarizar la hora lunar

¿Qué hora es en la Luna? Aquí, en la Tierra, es fácil dar por sentada la hora, podemos saber la hora en función de la posición del Sol en el cielo, pero en la Luna, las reglas son diferentes

25 de Junio de 2025
Actualizado a las 14:23h
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The NASAS Lunar Rover Vehicle en una imagen de archivo, diciembre de 1972. | Foto: NASA
The NASAS Lunar Rover Vehicle en una imagen de archivo, diciembre de 1972. | Foto: NASA 

Decir la hora en la Luna es más complicado de lo que se piensa, pero responder a la pregunta es cada vez más importante en medio del resurgimiento del interés por la exploración lunar. La ONU está ayudando a garantizar que la Luna se gobierne de forma coordinada y pacífica, y acordar un huso horario es un elemento central de las discusiones internacionales.

Se podría pensar que basta con ponerse de acuerdo sobre el empleo de un huso horario terrestre para la “hora lunar”. El Tiempo Universal Coordinado (UTC), por ejemplo. ¿Tan difícil puede ser? Desgraciadamente, esto no funciona, por varias razones.

Aquí, en la Tierra, es fácil dar por sentada la hora: dividimos nuestro mundo en 24 husos horarios, basados en la longitud y la rotación del planeta, y podemos saber la hora en función de la posición del Sol en el cielo.

Pero en la Luna, las reglas son diferentes: un “día” lunar dura aproximadamente 29,5 días terrestres, y las regiones ecuatoriales de la Luna pueden experimentar hasta 14 días de luz solar continua. En algunas de las montañas más altas de la Luna, apodadas “picos de luz eterna”, el Sol nunca se pone.

Además, los físicos y los aficionados a la ciencia ficción saben que el tiempo no es el mismo en la Luna que en la Tierra. Coloca dos relojes perfectamente sincronizados, uno en la Tierra y otro en la Luna, y, tras un solo día terrestre, el reloj lunar se adelantaría unos 56 microsegundos. Puede que no parezca mucho, pero para la navegación espacial, esta diminuta diferencia podría ser crítica.

Para que una zona horaria lunar funcione, los aspirantes a actores lunares tendrán que ponerse de acuerdo sobre una norma horaria común que sea fiable, trazable a la hora terrestre y utilizable por todos. La Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas (UNOOSA, por sus siglas en inglés) está ayudando a liderar el proceso para que esto se haga realidad.

En 2024, el Comité Internacional sobre los Sistemas Mundiales de Navegación por Satélite (ICG) de la ONU creó un grupo de trabajo específico para centrarse en el posicionamiento, la navegación y la temporización lunares, normalizar la hora lunar y hacerla corresponder con la UTC que utilizamos en la Tierra, en beneficio de todas las futuras misiones lunares.

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Foto: NASA/Jordan Salkin/Keegan Bar

Paz en la Tierra, paz en la Luna

Coordinar un cronometraje sin fisuras en la Luna forma parte de una misión más amplia de la ONU para garantizar que las actividades lunares, ya sean públicas, privadas, científicas o comerciales, sean seguras, pacíficas y sostenibles.

Con este fin, la Oficina de Asuntos del Espacio convocó la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Actividades Lunares Sostenibles en junio de 2024, reuniendo a jefes de agencias espaciales, expertos legales, astronautas, empresas y académicos de todo el mundo para discutir puntos en común, compartir preocupaciones y reafirmar la necesidad de mecanismos de gobernanza lunar transparentes e inclusivos.

Uno de estos mecanismos para fomentar la cooperación internacional es el nuevo Equipo de Acción para la Consulta sobre Actividades Lunares (ATLAC), diseñado para ayudar a fomentar el diálogo y formular recomendaciones sobre cómo coordinar internacionalmente la exploración y las actividades lunares.

El Equipo de Acción trabajará para ultimar su plan para los próximos años e identificar temas prioritarios, como la coordinación del cronometraje lunar, para garantizar que las actividades lunares se desarrollen de forma cooperativa y ordenada.

La humanidad se adentra en una nueva era de exploración lunar, con un número récord de naciones y organizaciones espaciales que podrían remodelar nuestra relación con nuestros vecinos celestes más cercanos para las generaciones venideras.

Los Estados miembros podrán trabajar con la Oficina de Asuntos del Espacio para preservar la Luna como dominio de cooperación mundial, guiados por el principio básico del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de que “la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluida la Luna, se llevarán a cabo en beneficio e interés de todos los países”.

 

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