El Reino Unido sancionó el jueves al patriarca Cyril, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, como parte de una nueva ronda de medidas en respuesta a la invasión de Ucrania. El líder religioso de 75 años "está siendo sancionado por su apoyo a la guerra de Putin", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores británico en un comunicado.
Las sanciones, que incluyen la prohibición de entrar en territorio británico y la congelación de activos en el Reino Unido, también se dirigen a Maria Lvova-Belova, mediadora de los derechos del niño en el Kremlin, por la "adopción y transferencia forzada de niños ucranianos".
La Iglesia rusa ya ha reaccionado al anuncio de las sanciones, considerándolas "absurdas" y "sin sentido". "Intentos de intimidar al patriarca de la Iglesia rusa o obligarle a abandonar sus puntos de vista son absurdos, sin sentido, sin esperanza", dijo el portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Vladimir Legoida, en un comunicado.
“La Iglesia -sobre todo ahora- es el último puente, un medio de comunicación que están tratando de destruir”, añadió, denunciando “fuerzas políticas que han hecho de la escalada del conflicto y el distanciamiento de la paz su principal objetivo”.