La ausencia de grabaciones limita la investigación sobre el accidente en el que murieron seis personas, entre ellas el ex CEO de Siemens España y su familia
El accidente de helicóptero que el pasado 10 de abril costó la vida a seis personas —una familia española al completo y el piloto— continúa rodeado de incógnitas. El informe preliminar difundido por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos ha confirmado un dato que complica severamente la investigación: el aparato carecía de sistemas de grabación de vídeo y audio.
El helicóptero, un modelo Bell 206L-4, se precipitó sobre las aguas del río Hudson, en la frontera entre Nueva York y Nueva Jersey, tras haber alcanzado una altitud de unos 200 metros. A partir de ahí, según el informe, inició “un rápido descenso” que concluyó con su fragmentación en tres partes —fuselaje, rotor y cola— antes de caer al agua. Testigos presenciales aseguran haber escuchado “varios ruidos fuertes” justo antes del desplome.
El siniestro acabó con la vida del ejecutivo español Agustín Escobar, ex consejero delegado de Siemens España, su esposa y sus tres hijos menores. El piloto, cuya identidad no ha sido revelada en el documento preliminar, también falleció en el impacto.
Sin grabaciones, sin hipótesis clara
Uno de los aspectos más preocupantes del informe es que el helicóptero no disponía de registradores de voz ni de imagen, elementos que, aunque no obligatorios en este tipo de aeronaves turísticas, resultan fundamentales para reconstruir la secuencia de hechos que llevan a un accidente. Además, se sabe que el piloto llevaba puestas unas gafas de alta tecnología con capacidad de grabación, pero hasta la fecha no han sido recuperadas entre los restos.
La falta de datos concretos añade complejidad a una investigación que, por el momento, no ha podido identificar ninguna irregularidad técnica ni humana que explique el accidente. La aeronave había pasado dos revisiones recientes —la de 100 y 300 horas— el pasado 27 de febrero, y llevaba acumuladas más de 12.900 horas de vuelo. El motor, por su parte, sumaba más de 23.300 horas de funcionamiento.
Un piloto certificado, en su primer día de vuelta
El piloto contaba con una licencia en regla y un certificado médico vigente, expedido por la Administración Federal de Aviación (FAA) solo diez días antes del suceso. Aquel 10 de abril era su primer día de vuelo tras diez días de descanso, y el viaje con la familia Escobar fue el octavo que realizaba esa jornada con el mismo helicóptero.
Con 790 horas de experiencia de vuelo, de las cuales 48 correspondían a ese modelo específico, el piloto formaba parte de una plantilla sometida a una rotación de trabajo intensa: diez días de servicio seguidos de otros diez de descanso.
Condiciones meteorológicas normales
El informe recoge también las condiciones atmosféricas del día del accidente: cielo con nubes a 2.200 metros, visibilidad de 10 millas y vientos moderados de entre 10 y 18 nudos. Todo apunta a que el clima no jugó un papel determinante en el siniestro.
A medida que avanza la investigación, las autoridades estadounidenses continúan buscando pistas que permitan arrojar luz sobre lo ocurrido. La pérdida de una familia entera ha causado una profunda conmoción tanto en España como en Estados Unidos, y la ausencia de grabaciones limita gravemente la posibilidad de esclarecer las causas del accidente.
Por el momento, la NTSB mantiene abiertas todas las líneas de investigación. Pero con la destrucción parcial del aparato, la falta de grabaciones y la ausencia de fallos evidentes, la reconstrucción de los últimos minutos del vuelo se enfrenta a obstáculos casi insalvables.