La desescalada, la reapertura de las actividades económicasno esenciales y las presiones empresariales están provocando un repunte de loscontagios por Covid19 que aboca al mundo a una nueva situación deconfinamiento. Así lo ha entendido la Organización de Naciones Unidas (ONU) enun informe relacionado con Latinoamérica y Caribe pero que es perfectamenteaplicable al resto del mundo.
Aún no hay vacuna ni medicamento para frenar al coronavirusy la recuperación sanitaria derivada de las medidas de confinamiento,principalmente en Europa y algunos países asiáticos, son la única manera defrenar la expansión del virus. Sin embargo, las presiones de los sectoresempresariales, económicos y financieros, poniendo como escudo humano a la clasetrabajadora por la bajada de ingresos, han provocado que se reabran, con limitaciones,las activides económicas no esenciales y, como no podía ser de otro modo, elnúmero de personas contagiadas se está incrementando exponencialmente. Economíao salud, esa es la dicotomía que las clases dominantes plantean a los gobiernosy, para la ONU, la respuesta es clara: primero la salud.
El continente americano es, en la actualidad, el epicentrode la pandemia y, en la gran mayoría de los casos, la priorización de aspectoseconómicos frente a los sanitarios es la causa de que la situación sea la quees en la actualidad. Estados Unidos es el paradigma de la irresponsabilidad delos gobernantes que, en algunos casos, llegaron a pedir elsacrificio de vidas humanas para salvar la economía. Lo mismo ocurre con Brasilo México. Por eso, la ONU ha decidido zanjar el debate.
La región de América Latina y el Caribe deberá controlar latransmisión del coronavirus antes de pensar en reactivar la economía, advierteun informe inter agencial de la ONU dado a conocer este jueves, que insiste enla necesidad de fortalecer los sistemas de sanitarios para lograr unareconstrucción económica sana.
«No hay apertura económica posible sin que la curva decontagios haya sido controlada, y no hay reactivación posible sin un plan claropara evitar el repunte de los contagios», afirmaron la Comisión Económica paraAmérica Latina (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en elestudio conjunto.
El Covid19 ha revelado problemas estructurales del modelo dedesarrollo de la región, que en estos momentos es epicentro de la pandemia.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, explicóen una conferencia de prensa para presentar el informe, que el coronavirus pusode manifiesto la relación estructural que existe entre la economía y la salud,evidenciando las debilidades de los sistemas sanitarios de la región, que estánfragmentados y segmentados.
Tras recordar que la salud es ante todo un derecho humanoque debe ser garantizado por los Estados, dijo que también es la base de unaeconomía sana.
«La salud es parte del capital humano, afecta directamentela productividad y el desempeño económico y social de las personas. El sectorsalud es un área económica que tiene una gran cantidad de trabajadores y unagran cantidad de encadenamientos productivos. Es un generador de empleos y deinversiones de gran peso para generar crecimiento», subrayó Bárcena, quien,además agregó que el acceso pleno a los servicios de salud de calidad esesencial: «Es la infraestructura básica de la vida y sin ella no podemos hablarde desarrollo económico ni social».
En este aspecto, Bárcena llamó a invertir el 6% del PIB en lospresupuestos sanitarios y descalificó categóricamente la disyuntiva entre saludy economía: «Para que no se equivoquen, no hay dilema entre economía ysalud, primero la salud».
Por su parte, Carissa Etienne, directora de laOrganización Panamericana de la Salud, por su parte, dijo que las deficienciasestructurales del sector sanitario en América Latina y el Caribe son el resultadode falta de inversión pública durante las últimas décadas:
«Ahora encaramos un reto casi imposible: las economías sehan contraído impactando las inversiones en salud y servicios sociales en elfuturo previsible, pero al mismo tiempo se precisa un financiamiento adicionalsignificativo para controlar la pandemia y recuperar las pérdidas en saludpública, mejorar la protección social y, con ello, sostener la recuperacióneconómica».
Además, Etienne también afirmó que es un error pensar quehay que elegir entre salud y economía. «Es una elección falsa la de la salud yla reapertura económica. Hemos visto que ya que la actividad económica no sepuede reanudar a menos que el coronavirus esté bajo control» y añadió que elacceso universal a los servicios sanitarios es una condición indispensable parala salud y el desarrollo inclusivo. «La salud y el bienestar son requisitospara reactivar la economía», insistió, recalcando que la salud es unimperativo ético y una condición necesaria para restaurar la capacidadproductiva.
Asimismo, ambas dirigentes hicieron hincapié en que losservicios sanitarios no son una mercancía y se pronunciaron por la «desmercantilizaciónde la salud».