El sistema de salud de Haití, ya precario, está al borde del colapso debido a la continua violencia de las pandillas en la capital. Según UNICEF, 6 de cada 10 hospitales apenas están operativos y la reciente escalada de violencia en Puerto Príncipe sigue privando a los niños de servicios sanitarios y medicamentos esenciales.
Todos los hospitales del país informan dificultades para adquirir y mantener suministros de salud fundamentales, mientras que los recientemente restablecidos vuelos de carga nacionales e internacionales desde y hacia Puerto Príncipe tienen una capacidad limitada y funcionan con muchos retrasos. Lo mismo ocurre con el principal puerto marítimo, que anteriormente estaba en manos de grupos armados.
El estrangulamiento de las cadenas de suministro enterraría al sistema sanitario
El representante de UNICEF en Haití, Bruno Maes, explica que la combinación de violencia, desplazamientos masivos, epidemias peligrosas y una creciente desnutrición ha puesto de rodillas al sistema de salud.
“Pero el estrangulamiento de las cadenas de suministro podría ser lo que lo rompa”, apunta.
En medio del clima de inseguridad que alcanza a todo el país caribeño, los contenedores con suministros vitales fueron detenidos o saqueados, al igual que muchos almacenes y farmacias.
Mientras tanto, cientos de contenedores cargados con insumos humanitarios están atrapados en Puerto Príncipe, entre ellos algunos de UNICEF que llevan material médico para madres y recién nacidos.
"No podemos permitir que esa asistencia vital que podría salvar la vida de muchos niños permanezca atrapada en almacenes y contenedores. Hay que entregarla ahora", subraya.
Propagación de enfermedades
La ciudad de Puerto Príncipe, el principal centro logístico de Haití, normalmente recibe y envía lotes de importaciones de productos sanitarios al país, pero hoy se encuentra paralizada por la violencia, con más de 160.000 residentes desplazados y no puede satisfacer las necesidades de una población que lucha tanto contra el trauma físico como contra el riesgo de contraer enfermedades.
Las oleadas de familias desplazadas que buscan seguridad, particularmente en el sur del país, están ejerciendo una presión adicional sobre los servicios de salud locales, que apenas podían hacer frente a la demanda antes de la última escalada de la crisis.
La escasez de personal es clara, pues alrededor del 40% de los trabajadores sanitarios ha abandonado el país debido a los niveles extremos de inseguridad.
UNICEF ha advertido del gran peligro de la propagación de enfermedades. Entre octubre de 2022 y abril de 2024, Haití notificó un total de 82.000 casos sospechosos de cólera, y ha señalado que con la llegada de la temporada de lluvias la situación empeoraría, aumentando los casos de enfermedades transmitidas por el agua y los mosquitos, como la malaria.
Además, aproximadamente 4,4 millones de personas necesitan urgentemente asistencia alimentaria y 1,6 millones de personas se enfrentan a niveles de emergencia de inseguridad alimentaria aguda, lo que dispara el riesgo de emaciación y desnutrición entre los niños.
Vías alternativas
Para hacer frente a la situación, UNICEF y sus socios están probando alternativas a los centros de importación y envío de la capital.
Así, a través de rutas secundarias de importación y entrega, en colaboración con el Ministerio de Salud, donantes y socios internacionales, el organismo ha podido seguir llevando vacunas, medicamentos y equipos médicos a los niños de Haití que más lo necesitan.
UNICEF ha conseguido facilitar la entrega de 38 toneladas de suministros vitales, incluidos kits de salud y cólera, y otros productos médicos esenciales a través de un puente aéreo apoyado por la Unión Europea y operado desde Panamá por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).